Dos jóvenes turistas japoneses enfrentaron una situación legal complicada en China, donde fueron detenidos durante dos semanas y posteriormente deportados por realizar un acto considerado inapropiado en la histórica Gran Muralla. Este incidente ha generado un amplio debate sobre las normas culturales y legales en el país asiático.
De acuerdo con informes de medios japoneses, un hombre de 20 años expuso sus nalgas en una sección de la emblemática muralla cercana a Pekín, mientras una mujer lo fotografiaba. La acción, vista como una broma por los involucrados, fue rápidamente reprimida por los guardias de seguridad del lugar, quienes detuvieron a los turistas por violar las leyes locales que prohíben mostrar partes del cuerpo en espacios públicos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón confirmó la detención de los ciudadanos nipones el 3 de enero, a través de su embajada en China, que estuvo en contacto con las autoridades locales. Los medios informaron que, tras su arresto, los turistas fueron retenidos durante un período significativo antes de ser deportados.
Este incidente pone de relieve las diferencias culturales y las estrictas regulaciones en China respecto al comportamiento en lugares públicos, así como la importancia de la sensibilización sobre las normas locales para los visitantes extranjeros. Las autoridades chinas han enfatizado que este tipo de comportamientos no será tolerado, recordando a los turistas la necesidad de respetar las costumbres y leyes del país durante su estancia.
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