La telaraña legal en la que está enredado el expresidente Donald Trump (2017-2021) se ha vuelto más intrincada que nunca: encara un total de 91 cargos distribuidos en 4 casos penales distintos y, simultáneamente, debe mantener su campaña para conseguir la nominación republicana en las elecciones presidenciales de 2024.
Nunca antes Estados Unidos se había enfrentado a una situación similar y todavía hay innumerables incógnitas sobre las posibles consecuencias para Trump.
De los 91 cargos, 13 fueron anunciados en la noche del lunes después de que un gran jurado de Georgia le acusara de intentar manipular los resultados de las elecciones de 2020 en ese estado, donde el demócrata y actual presidente Joe Biden ganó por un estrecho margen.
En el caso de Georgia, la fiscal Fani Willis ha usado contra Trump una ley especial contra el crimen organizado, llamada RICO por sus siglas en inglés, y que ha sido usada en el pasado para condenar a jefes mafiosos como John Gotti.
Con esa ley, Willis ha logrado entrelazar los delitos cometidos por Trump y sus aliados, amalgamándolos en una narrativa única en la que el expresidente emerge como el líder de una organización con la finalidad criminal compartida de revertir los resultados electorales en Georgia.
Ese método permite a la fiscalía que sean condenados aquellos cabecillas que orden a otros cometer crímenes por ellos.
De los 13 cargos estatales de los que Trump está acusado en Georgia, solo uno tiene que ver con esa ley de la mafia, pero podría ser uno de los más graves al estar penado con hasta 20 años de cárcel.
Los otros delitos son por conspiración para falsificar documentos o por presionar a funcionarios públicos para que anularan los resultados electorales.
Además de Trump, el gran jurado ha presentado cargos penales contra 18 de sus asesores más cercanos, como su exabogado personal y exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, y su exjefe de Gabinete Mark Meadows, entre otros.
Aparte del caso en Georgia, un gran jurado en el Distrito de Columbia ha presentado cuatro cargos federales contra Trump por supuestamente haber intentado revertir los resultados de las elecciones de 2020, en las que perdió frente a Biden, y por haber instigado el asalto al Capitolio.
Esos cuatro cargos (conspiración para defraudar a Estados Unidos; conspiración para obstruir un procedimiento oficial; obstrucción de un procedimiento oficial y conspiración contra el derecho al voto) podrían acarrear una pena máxima que sumaría 55 años de cárcel.