«Desnudo» y expuesto como hacía años que no se encontraba con el público, a solas con su piano o con la guitarra, Pablo Alborán volverá a cantar en la distancia corta de 13 grandes teatros y auditorios del país el próximo año, un «reto» que afronta con ilusión pese al resquemor inicial.
«En un teatro no hay trampa ni cartón. Te ven hasta el alma. Ese es el reto que me apetece vivir más que nunca, volver a sentir la responsabilidad de estar desnudo en el escenario», explica en una charla con Efe, tras reconocer que este formato fue una decisión que le costó «muchísimo tomar». «Tenía miedo», confiesa.