Por: Alejandro Toledo
Vivimos un momento crítico como sociedad, un momento que marcará un antes y un después en nuestra historia; sí, así como lo fue o es la pandemia del COVID. Tristemente, esta crisis no se controla con vacunas, sino con empatía, la cual parece más difícil de conseguir.
Atravesamos una ola de violencia que no se había visto antes en nuestro país, a eso lo acompaña la ineficiencia e indecisión de las autoridades, federales, estatales, y pues qué decir de las municipales. Enfocándome en Jalisco, hay alrededor de 15 mil personas desaparecidas, pero solo 15 sentenciados por estos crímenes. Esto nos dice algo muy claro, las desapariciones son el crimen perfecto para cometer en Jalisco.
Un crimen que no es perseguido por la autoridad, es promovido por la misma. El gobierno al no actuar con mano dura, da campo a que los criminales sigan ejecutando estas atrocidades a plena gana. Por otro lado, tenemos a las madres buscadoras, a quienes les tengo toda la admiración y respeto que puedo tener, estas familias que son quienes viven un averno inimaginable, estas personas que lo único que piden es ver a su familiar de vuelta o en el peor de los casos, piden encontrar unos restos a quienes rezarles, llorarles y honrar.
Las autoridades, al ver que la exigencia de las familias es tener a su familiar de vuelta o conocer su paradero, dejan de perseguir a los criminales y contribuyen a que estos crímenes queden impunes, como si nunca hubiera pasado nada. La desatención que vemos por parte del gobernador hacia las familias afectadas por las desapariciones es completamente irresponsable, esto permea en los demás poderes (que por cierto están cooptados por el ejecutivo, pero eso lo dejamos para después) y vemos un Congreso del Estado que no escucha, que rechaza manifestaciones y que legisla lejos de las familias.
Recientemente en Jalisco nos pegó duro el golpe de las desapariciones masivas, lo que se vivió en Lagos de Moreno con la desaparición de 5 jóvenes, que después fue filtrada una foto en donde se les veía amordazados y posteriormente filtran un video donde se dice que se veían sus cuerpos con múltiples lesiones que les ocasionaron la muerte, es una auténtica atrocidad. A lo que voy con esto es que, las desapariciones son el crimen perfecto… te sustraen, nadie sabe nada de ti, vulneran la dignidad de las personas desaparecidas y de sus familias, y no pasa nada. El gobernador se tardó alrededor de 3 días en opinar respecto a este caso, la fiscalía reportaba avances que no llevaban a ningún lado y nuestra sociedad sigue sin paralizarse ante estos actos de terror.
No sé en qué momento fue, pero Jalisco se convirtió en territorio de guerra, con una autoridad sin respuesta e incapaz de garantizar seguridad. Vivimos ya actos de terrorismo donde mueren agentes de la fiscalía a causa de minas terrestres, se comprueba la existencia de drones explosivos, desaparecen personas con una increíble facilidad y se habla de estas como si fueran cifras, entre otros muchos ejemplos más. Lo cierto es que nadie merece desaparecer y que este crimen no puede seguir con ese índice de impunidad. Las desapariciones deben parar y para esto, necesitamos que dejen de ser el crimen perfecto.