El cantautor cubano Silvio Rodríguez hechizó este lunes a unos 10.000 mexicanos con sus poemas hechos canciones en un concierto en el Auditorio Nacional tocado por el polvo de la política en sus minutos finales.
Vestido de colores oscuros con una boina gris y lentes de cristales redondos, el trovador comenzó con el poema «La pupila insomne», del cubano Rubén Martínez Villena, después de lo cual presentó a varias de sus mejores joyas en una velada de dos horas y veinte minutos.