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Sesgo de supervivencia

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Por: Luis Arturo Jiménez Castillo

Durante la Segunda Guerra Mundial, los aliados analizaron los impactos de bala que presentaban sus aviones, con el objetivo de realizar un ejercicio de “mapeo”, que les permitiera identificar las zonas más propensas en recibir daño. La conclusión lógica fue reforzar aquellas áreas que presentaban un mayor número de orificios, al considerar que se trataba de las de mayor susceptibilidad. Sin embargo, el matemático Abraham Wald, llegó a una conclusión distinta: el estudio se había basado en aquellas aeronaves que habían logrado volver a la base, por lo tanto, lo que debía reforzarse eran las áreas que no presentaban daño, pues ahí habían impactado los proyectiles en los aviones derribados. A esto se le llamó “Sesgo de supervivencia”.

De manera similar y quizá porque durante gran parte de nuestra historia, existió el predominio del Poder Ejecutivo por sobre el Legislativo y el Judicial –visión que parecía ya superada-, centramos nuestra atención exclusivamente en la carrera por la presidencia de la República: evaluamos las posibilidades de éxito de los diversos aspirantes al máximo cargo de nuestro país, comentamos las múltiples encuestas –que en el mejor de los casos no son más que fotografías del momento-, hacemos cálculos de cómo podrían actuar los distintos actores políticos, e incluso, tratamos de prever si viviremos o no un conflicto post electoral. Es decir: analizamos nuestra realidad política bajo una especie de “Sesgo presidencialista”.

Sin embargo, los llamados planes “A” y “B” que originaron las marchas ciudadanas en defensa del INE; la aprobación anual del Presupuesto de Egresos de la Federación –que incluye el techo del endeudamiento-; la omisión del Senado de la República para realizar 44 nombramientos pendientes de magistraturas para los tribunales electorales, de las salas regionales e incluso de la Sala Superior, así como de los Comisionados del INAI pendientes; la primera designación directa realizada por el presidente de México en la historia reciente del país, respecto de una integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación –y con el vencimiento del nombramiento de otro Ministro en puerta-, o la extralimitación de la CNDH en la emisión del “Primer Informe sobre Violencia Política para la Protección y Defensa del Derecho a la Democracia”, son orificios en el andamiaje institucional mexicano, que nos indican que la próxima integración de las Cámaras de Diputados y de Senadores, es más importante aún que la elección presidencial, porque el Congreso de la Unión será el filtro obligado para un sinfín de decisiones que nos afectarán en el mediano y largo plazo.

Más allá de la presidencia de la República, seamos conscientes de algo: nuestra responsabilidad ciudadana debe ser la de votar por un equilibro de fuerzas en el Congreso. De ello dependerá la estabilidad política y económica de México.

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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2