Nuestras vidas están llenas de pequeñas rutinas que repetimos una y otra vez. A veces son tan automáticas que ya pasan desapercibidas, otras preferimos ni pensarlas y otras nos gusta hacernos de la ‘vista gorda’.
Todas son un poco de nosotros mismos en mayor o menor escala. Sin embargo, existen unas que sabemos que tenemos que cambiar para nuestro bien y para que nuestra cartera gane unos kilos en lugar de perderlos.
Por eso te dejamos 6 cosas, que te alejan de la fortuna y te hacen rogar por la quincena cada mes:
1. Deja de posponer tu presupuesto:
Cada semana dices ahora sí y al final acabas con ?mejor la que viene? y luego te preguntas a dónde fue a parar tu dinero. Tómate un jugo energizarte y decídete a hacerlo. Es fácil ingresos, deudas, gastos? En una hora acabas. ¡Anímate! Es más tenemos un ebook para ayudarte a hacerlo.
2. Las deudas bajo el tapete:
El más terrible de los enemigos de nuestro bolsillo son las deudas. Sobre todo cuando se empiezan a salir de control. Hablamos de ese punto, donde ni queremos ver el estado de cuenta de reojo. Si ya hiciste tu presupuesto sabrás hasta qué punto te conviene o no endeudarte. Así que piénsalo dos veces y como siempre decide lo mejor para ti.
3. Demasiado joven para ahorrar e invertir:
Las personas perdemos muy pronto la noción del tiempo y sentimos que el futuro nunca nos alcanzará. Sin embargo, ¡pum! te despiertas teniendo 30, 40 o 50 años y no has empezado ni ahorrar mucho menos a invertir. La verdad sólo hay un buen momento para empezar y es ahora mismo.
4. No aprovechar los buenos tiempos:
Es normal atravesar por épocas donde nos va muy bien. Lo malo es que cuando sucede, rara vez aumentamos nuestro nivel de ahorro e inversión, por el contrario, nuestros gastos suben como la espuma. Si estás pasando por un momento así, ¡Sácale provecho!
5. La ambigüedad:
Hoy te levantaste pensando que querías un carro, pasadas dos cuadras que saliste de tu casa piensas que mejor un negocio, llegas a tu oficina y ya te quieres casar. Este tipo de inconsistencias no te ayudan a planear tu destino. Se congruente contigo y decide claramente hacia dónde quieres llegar. ¡No dudes más!
6. ¿Cuánto me gasté?
Si no puedes responder a esta pregunta, es momento de que dejes a la ‘buena de Dios’ como se gasta tu dinero. Quizás te dé un poco de flojera, pero si no empiezas a seguir la huella de tu ingreso sólo tendrás salidas sin control y tus metas financieras estarán cada vez más lejos.