El adolescente de 15 años sospechoso de balear el pasado sábado a Miguel Uribe, aspirante presidencial en Colombia, se declaró inocente del delito de homicidio en grado de tentativa del que se le acusa, informó a la Afp una fuente de la fiscalía.
También imputado por porte y fabricación de armas, el joven fue capturado el sábado luego de presuntamente herir con tres disparos al senador de derecha Miguel Uribe durante una reunión con decenas de personas en un parque de Bogotá.
Según el último parte médico, el dirigente del partido Centro Democrático, opositor al gobierno del izquierdista Gustavo Petro, está en cuidados intensivos y su condición es estable pero crítica.
El día del atentado, el presunto pistolero intentó huir, pero los escoltas de Uribe le dispararon en una pierna y lo detuvieron. En un video, dice estar dispuesto a colaborar con las autoridades. Pasó por el quirófano y sigue hospitalizado bajo fuerte custodia, indicó la fiscalía.
Si es hallado culpable puede pasar ocho años privado de la libertad, aunque no en una cárcel común debido a que es menor de edad, señaló la fiscal general, Luz Adriana Camargo.
Por su parte, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, aseguró que el adolescente recibió dinero a cambio de disparar a Uribe, pero no precisó el monto.
La directora del organismo estatal de protección de menores (IBCF), Astrid Cáceres, informó que el adolescente vive con una tía, pues el padre está fuera del país. Según medios locales, la madre murió.
Sobre la medianoche del lunes, el presidente Gustavo Petro informó en X que el menor participó en un programa social de su gobierno dirigido a jóvenes vulnerables, en el que «demostró una personalidad completamente conflictiva».
Le costaba «establecer vínculos intersociales», sostuvo el presidente.
Asimismo, Petro apuntó contra la «mafia con asiento internacional» como posible responsable del atentado.
Hay «indicios muy fuertes que han llegado a dirigentes muy altos de la oposición» y el oficialismo, afirmó el mandatario.
Cuando fue capturado, el joven gritaba que recibía órdenes de una persona de la «olla», como se le conoce en Colombia a los lugares de expendio de drogas.
El presidente denunció que, el día del ataque, la custodia de Miguel Uribe fue reducida «extrañamente» de siete, a tres escoltas.
Finalmente, la fiscal general explicó que el pistolero posiblemente no conoce a quién ordenó el crimen y simplemente fue contratado por una «red sicarial».
Desde el Cartel de Medellín de Pablo Escobar, que sembró terror en los años 1980 y 1990, las mafias usan a menores de edad para que cometan estos crímenes.
Por lo general provienen de familias pobres, viven en barrios marginales o están alejados de sus padres.