En vez de cumplir con la ley y crear una fiscalía en materia de tortura, en Jalisco optaron por formalizar recursos para el área especializada que ya existía. A dos años y medio de la creación de la Unidad Especializada de Investigación en Delitos de Tortura, la Fiscalía del Estado determinó formalmente asignarle recursos humanos y materiales necesarios para su operación. La unidad fue elevada al grado de dirección, según un acuerdo del fiscal estatal Gerardo Octavio Solís Gómez publicado el sábado en el Periódico Oficial el Estado de Jalisco. Depende de la Fiscalía Especial en Derechos Humanos.