Por: Salvador Cosío Gaona
Después de la salud, son las economías del mundo las que en mayor medida han sufrido los estragos de la pandemia por el Coronavirus Covid-19 que a mediados de enero, azotaba China y, rápidamente, se fue expandiendo por otras zonas del planeta hasta llegar a Europa. Primero fue Italia y, poco después, España que vive actualmente confinada y hoy el epicentro del contagio está en los Estados Unidos de América, mientras el golpe económico se ha resentido en prácticamente todo el mundo.
No son pocos los especialistas que hablan de que ya el mundo ha entrado en recesión, e incluso se advierte su similitud con la Gran depresión de 1929, la peor crisis económica de que se tenga memoria, que también fue calificada como el apocalipsis financiero.
Con la mayoría de economías paradas y con la producción a cero, el impacto sobre la economía mundial se está empezando a notar.
La rápida expansión del virus está provocando pánico en las bolsas mundiales que están registrando una auténtica montaña rusa de valores. Asimismo, otras de las consecuencias son el desplome del precio del petróleo y la devaluación de las monedas.
El gigante asiático ha sido uno de los grandes perjudicados por culpa del coronavirus. Además de las víctimas, la superpotencia ha visto mermada su economía interna, así como las relaciones comerciales con el resto de países del mundo y sus socios principales.
Si bien es cierto que las noticias que llegan desde la China indican que empieza a notarse algunos síntomas de recuperación, no se debe olvidar que el país es uno de los grandes motores de la producción mundial, lo que implica que la mayoría de países que dependen de ella se han visto altamente perjudicados, como es el caso de la Unión Europea en su conjunto.
Se puede destacar el caso de Alemania que produce la mayoría de sus coches en China, lo que significa que la industria automovilística se está resintiendo de esta crisis. Asimismo, la industria farmacéutica alemana también se ha visto altamente afectada.
En el caso de Italia, el país tiene una relación muy estrecha con China, siendo el tercer socio comercial en el caso de las importaciones principalmente de aparatos emisores, de radiofonía, televisión, máquinas automáticas para el procesamiento de datos o cámaras de foto y video.
El gobierno español cerró las fronteras terrestres del país y algunas comunidades autónomas han confinado a su población como Cataluña, Murcia, La Rioja o el País Vasco. De todos modos, el Ejecutivo no ha restringido el transporte mercancías de primera necesidad para garantizar el abastecimiento de toda población.
Son muchos los sectores que se están viendo afectados por culpa del coronavirus. El turismo es un claro ejemplo para España, donde el sector terciario ha jugado siempre un papel muy relevante y es una fuente directa de ingresos y un pilar muy importante de la economía española.
En el caso de transporte de mercancías, los sectores más afectados son el juguetero, textil y de componentes automovilisticos, pues España es dependiente de China en estos tres sectores, que ahora mismo se están quedando sin stock.
En el caso de los juguetes, China cuenta con casi el 90% de las fábricas del mundo y si estas están paradas, los distribuidores no tienen productos, lo que podría afectar, según algunos expertos han declarado, la campaña de navidad.
En el sector textil, si bien es cierto que la ropa de la temporada primavera verano ya está almacenada, la crisis del coronavirus podría hacer que los precios suban. Finalmente, respecto al automovilismo también se está notando; y es que China es uno de los importadores de piezas más importantes para España.
La pandemia del coronavirus COVID-19 podría ocasionar que la economía mundial se reduzca un 0.9% durante el 2020, en vez de crecer hasta el 2.5% como se preveía, destaca una nota informativa del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU publicada hace escasos dias.
El documento, que analiza la situación y perspectivas de la economía mundial, especifica que esta cifra se alcanzaría en caso de encontrarse «en el peor escenario posible», y recuerda que durante la crisis financiera de 2009 fue del 1.7%.
Al mismo tiempo, advierte que se podría producir una mayor disminución de la producción global en caso de que las restricciones económicas se extiendan hasta el tercer trimestre del año y las respuestas fiscales no respalden a los ingresos y al consumo.
El estudio destaca que el confinamiento obligatorio y las restricciones al movimiento en Europa y los Estados Unidos provoca grandes estragos en el sector de servicios, especialmente «al comercio minorista, el esparcimiento y las atenciones sociales, las actividades recreativas y los servicios de transporte».
«De manera colectiva, representan más de una cuarta parte de todos los trabajos en estas economías. A medida que las empresas pierden ingresos, el desempleo aumenta considerablemente, lo que transforma una perturbación en la oferta en una perturbación en la demanda aún más extensa para la economía», explica el informe.
De este modo, la gravedad de las repercusiones económicas dependerá de variables como la duración de las limitaciones a la circulación de personas, las actividades económicas de las principales economías y la dimensión y efectividad de las respuestas fiscales.
El estudio destaca que los paquetes de medidas de estímulo fiscal «bien diseñados» pueden ayudar a minimizar la probabilidad de experimentar una profunda recesión económica. Estas medidas económicas habrían de priorizar el gasto en salud para contener la propagación del virus y dar apoyo financiero a los hogares más afectados por la pandemia.
Al mismo tiempo, el análisis advierte que las restricciones económicas en las economías avanzadas no se detienen en los países desarrollados y amenazan con extenderse a corto termino a los países en desarrollo.
El informe especifica que de producirse un descenso en el consumo en Estados Unidos y en la Unión Europea, disminuirá el volumen de importaciones de bienes de consumo procedentes de los países en desarrollo y también advierte que «la producción manufacturera global podría disminuir de manera significativa, con la posibilidad de que las perturbaciones se extiendan a las cadenas mundiales de suministro».
Igualmente, se prevé que la disminución de turistas afectará especialmente a los pequeños Estados insulares en desarrollo que cuentan con millones de trabajadores poco cualificados.
«Asimismo, el descenso en los ingresos relacionados con los productos básicos y una reversión de las corrientes de capital están aumentado la probabilidad de sufrir problemas de deuda en muchas economías dependientes de productos básicos».
Esta situación puede conducir a los Gobiernos a disminuir el gasto público cuando justamente se necesita lo contrario: incrementar el desembolso destinado a contener la pandemia y a apoyar el consumo y la inversión.
Otro apartado del estudio destaca que la pandemia perjudica «de forma desproporcionada» a millones de trabajadores poco cualificados en el sector de servicios y que, al no disponer de un apoyo financiero adecuado, «quedarán sumidos en la pobreza, incluso en los países más desarrollados».
Como ejemplo de este último escenario, se estima que, en Italia y España, dos países fuertemente afectados por el coronavirus, «un 27% y un 40% de la población, respectivamente, no dispone de suficientes ahorros como para no trabajar durante más de tres meses».
Aunque la primera prioridad es contener la propagación del virus no se debe perder de vista la forma en que está afectando a la población más vulnerable y lo que ello significa para el desarrollo sostenible.
Los tiempos de coronavirus traen otra vez predicciones oscuras: el Fondo Monetario Internacional (FMI) vaticinó el miércoles que el impacto negativo de la crisis generada por el covid-19 sobre la economía mundial será el peor que ha vivido el mundo en casi un siglo.
«Anticipamos las peores consecuencias económicas desde la Gran Depresión», proyectó la directora de la institución financiera, Kristalina Georgieva .
De acuerdo con la estimación del FMI, el crecimiento económico global este año será «fuertemente negativo» y para 2021 solo se verá una «recuperación parcial».
@salvadorcosio1