Recientemente, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) inscribió el Área Natural Protegida del Valle de Tehuacán-Cuicatlán: Hábitat Originario de Mesoamérica, en la Lista del Patrimonio Mundial, como Bien Mixto; dada la riqueza cultural y natural que posee esta zona.
Gloria Fermina Tavera Alonso, directora del Centro y Eje Neovolcánico, en entrevista telefónica con Notimex, explicó la importancia de este reconocimiento, así como el aporte que la Reserva de la Biosfera de Tehuacán-Cuicatlán hace al mundo, por su valor universal excepcional.
Para comenzar, detalló que durante la 42va Reunión del Comité del Patrimonio Mundial, celebrado en Manama, Bahrain; en un solo evento, se otorgó la denominación de Bien Mixto, es decir, que este sitio tiene tanto el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad, así como el de Patrimonio Natural de la Humanidad.
La Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán tiene una superficie de 490 mil hectáreas, por lo que Gloria Tavera Alonso precisó que no toda la zona es considerada Patrimonio Mundial, únicamente cerca del 35 por ciento, es decir, 145 mil 255 punto 20 hectáreas, con una zona de amortiguamiento de 344 mil 931 punto 68 hectáreas.
Subrayó que la Reserva de la Biosfera de Tehuacán-Cuicatlán es un Área Natural Protegida de carácter federal, que fue decretada el 18 de septiembre de 1998 y comprende 20 municipios del estado de Puebla y 31 del estado de Oaxaca.
Desde hace seis años, en diciembre de 2012 se inscribió ante la UNESCO la candidatura para que fuera aceptada. Durante los últimos seis años se hizo un constante trabajo, revisión, corrección, más investigación por parte de todo el equipo para que por fin fuera aceptada la candidatura, y ahora se logró la inscripción a la lista de patrimonio de la UNESCO.
Para lograr la ahora inscripción en la lista se demostró que esta zona árida o semiárida con mayor biodiversidad en el continente americano, alberga ecosistemas y especies únicas en el mundo.
El valle evidencia la adaptación del ser humano a lo largo de un periodo de más de 14 mil años, por medio de sistemas de irrigación, la domesticación de plantas, sistemas agrícolas y prácticas complementarias con el uso de cactáceas y la producción de sal, asentamientos residenciales y diversos sistemas políticos, religiosos y lingüísticos.
También es testigo del surgimiento de las lenguas proto-otomangues que dieron lugar a la familia lingüística más antigua y diversificada del continente americano.
“Por eso es Patrimonio Cultural, porque se tienen los primeros vestigios registrados; los cuales se pueden recorrer en la Presa del Purrón, donde se hicieron las represas para que posteriormente se generara la agricultura y la milpa”, citó.
“El valor es tan grande a nivel cultura mundial. Estas presas originales datan del periodo 650 a 150 años Antes de Cristo; revelan al menos unos 14 mil años que nos ha tomado entender a la naturaleza, ir adaptándonos, desarrollando una serie de acciones para lograr la domesticación del maíz que es la base de nuestra alimentación; así como de otros productos como la calabaza, de las cuales también se tienen vestigios junto a la presa”, comentó.
Más elementos que permitieron lograr la inscripción es esta riqueza de biodiversidad y especies de la región, donde existen muchas que son endémicas; es decir, que sólo se dan en este sitio. Se han identificado 2 mil 686 especies de plantas y 565 especies de animales vertebrados, muchos de los cuales no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.
“Este es el sitio con el mayor número de cactáceas en el planeta Tierra, y que son parte de la identidad como mexicanos ante el mundo. Las fotos circulan por todo el mundo y son de Tehuacán-Cuicatlán”, citó.
Al respecto, subrayó que dichas cactáceas columnares llegan a medir hasta 30 o 40 metros de altura; pero hay que destacar que estas cactáceas solo crecen un centímetro al año si las condiciones de humedad en la zona son las adecuadas; así que si una de estas plantas mide 2.5 metros, entonces tiene al menos 250 años de existencia.
“Así que cuando pase por esta zona del Valle de Tehuacán-Cuicatlán, piense en todos los años que han pasado y que las cactáceas se han mantenido de pie, como testigos mudos de todo lo que han visto pasar, mucha historia de nuestro país”, detalló.
También se comprobaron todas las funciones que tiene este territorio, por ejemplo, de aportación de agua en la zona, los vestigios de cuevas donde están plasmadas manitas, y que dan muestra de cómo se establecieron las civilizaciones y pasaron de ser nómadas a sedentarias.
En el sitio se encuentran cinco de las seis especies de felinos que se distribuyen en México, tales como el jaguar (Panthera onca) y el puma (Puma concolor). Además, es un territorio de anidación del águila real (Aquila Chrysatetos) y la guacamaya verde (Ara militaris).
“El reconocimiento que hace la UNESCO es un reconocimiento a un lugar extremadamente valioso, que no solo lo es para los mexicanos o para la gente local, sino a nivel internacional”, destacó.
Los trabajos que ahora vienen son seguir redoblando las actividades de conservación, continuar con el trabajo de capacitación y formación a los pobladores para que contribuyan a la conservación de la zona y aprovechamiento de la misma.
Fortalecer la línea de productos que ya se han venido haciendo como productos artesanales de palma, o de barro bruñido de, o de la línea de mezcal de un maguey endémico de la zona; que además de generar fuentes de empleo para la gente de la zona y mejoren sus condiciones de vida, también sean productos que certifiquen que son resultado del buen manejo de los recursos naturales.
“El compromiso ahora para nosotros es redoblar esfuerzos, aumentar los programas de trabajo, fortalecer los que ya existen, pero sobre todo estar muy orgullosos de un territorio que para nosotros significa el origen de nuestra cultura, el ser mexicanos”, indicó.
Con esta inscripción a la lista de Patrimonio de la UNESCO, México reafirma su posición como el primer país en el continente americano y el séptimo a nivel mundial con el mayor número de Bienes inscritos en dicha Lista, con un total de 35 sitios inscritos: 27 culturales, seis naturales y dos mixtos.
Este logro se llevó a cabo mediante el trabajo conjunto de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp-Semarnat), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Secretaría de Cultura) y pobladores de la zona.
Así como expertos e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en estrecha colaboración con los gobiernos de los estados de Oaxaca y Puebla, con el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
