Perros de respaldo emocional, minutos de solemne silencio, reproches a un presidente «demente» y una insurrección «inexistente», el ambiente este jueves en el Capitolio muestra la dificultad de EE.UU. para asimilar un año después lo sucedido durante el asalto a la sede del legislativo estadounidense.
Si un año atrás el lugar estaba casi en llamas en pleno asalto por una turba de ultraderechistas seguidores del expresidente Donald Trump (2017-2021), hoy las laderas de la colina donde se encuentra el Capitolio estaban dominadas por un frío silencio y los restos de una reciente nevada.