Cada día, hasta 30 niños se reúnen para recibir lecciones escolares en una calle estrecha de un pueblo en la provincia de Dakahlia, en el norte de Egipto.
Su maestra es Reem El-Khouly, de 12 años, quien comenzó a ofrecer instrucción a sus vecinos más jóvenes en Atmidah, a unos 80 km (50 millas) al noreste de El Cairo, cuando las escuelas en todo Egipto cerraron debido a la pandemia de coronavirus.
«Pensé que en lugar de hacer que jugaran en la calle, podía enseñarles», dijo Khouly.
“Me despierto por la mañana, rezo y los llamo para comenzar las clases. Les enseño árabe, matemáticas, religión e inglés ”.
Khouly comenzó a usar solo un cuaderno antes de que le dieran una pizarra y un poco de tiza. Ahora tiene una pizarra y rotuladores donados por una empresa local.
“Una vez cerradas las escuelas, Reem comenzó a enseñarnos para que no olvidemos lo que aprendimos en la escuela”, dijo Mohamed Abdel Moneim, un niño de nueve años que asiste a las clases.
“Amo a Miss Reem porque realmente entiendo árabe, matemáticas e inglés gracias a su enseñanza”.
Khouly espera trabajar como profesora de matemáticas cuando sea mayor.
“Mi mamá no me animó al principio porque mi voz era fuerte, pero me animó cuando vio cómo los estudiantes interactuaban conmigo y se beneficiaban, y me dijo que puedo hacer esto siempre que me guste”, dijo. dijo.
