El español Rafael Nadal reveló este domingo, tras ganar su decimocuarto Roland Garros, que jugó infiltrado, que tras su partido de segunda ronda apenas podía andar y que a partir de la próxima semana se someterá a un nuevo tratamiento.
«El peor momento lo pasé tras el partido con (Corentin) Moutet, no podía andar. Por suerte, mi doctor estaba aquí y eso me ha permitido jugar infiltrado», afirmó el mallorquín a la televisión pública francesa tras imponerse por 6-3, 6-3 y 6-0 al noruego Casper Ruud en la final.