Un equipo de investigadores del Kings College de Londres (Reino Unido) ha realizado un estudio que trataba de arrojar luz sobre la incidencia en el bébe respecto a los partos prematuros. El trabajo ha concluido que nacer antes de las 33 semanas de gestación aumenta el riesgo de sufrir enfermedades neurológicas, incluido el autismo y los trastornos por déficit de atención. El estudio ha sido publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los expertos han descubierto, tras analizar imágenes de resonancia magnética funcional tanto de 19 bebés nacidos entre las 37 y 42 semanas de gestación como los nacidos prematuramente (antes de las 33 semanas y que representaban 47 bebés en el estudio), que los prematuros sufren una alteración de la conectividad en dos áreas muy importantes del cerebro: la corteza cerebral y el tálamo (la región por la que pasan casi todos los estímulos que llegan a la corteza cerebral).
Además, cuanto más prematuros eran los bebés, mayor conectividad tenían entre el tálamo y el área de la corteza sensorial primaria involucrada en el procesamiento de las señales de la cara, la mandíbula o los labios. Así, pues el centro de las funciones cognitivas aparece debilitado y las conexiones relacionadas con la alimentación, fortalecidas.
Los otros bebés, los nacidos a término, sin embargo, presentaban una estructura cerebral muy similar a la de los adultos en estas dos regiones concretas, evidenciando que efectivamente las conexiones cerebrales están bastante maduras al momento de nacer.
Esta identificación de deficiencias en la conectividad entre el tálamo y el córtex cerebral en los bebés representa la primera fase de la investigación. El siguiente paso será comprender de qué forma estos resultados se asocian con las dificultades de aprendizaje, de concentración y del entorno social que muchos de estos niños experimentan conforme van creciendo y se van desarrollando.
