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Los muertos que el presidente quiere que olvidemos

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Por: Verónica Juárez Piña

Por más que el presidente quiere dar vuelta a la página, pretendiendo que México ya está en la “nueva normalidad”, lo cierto es que cada 24 horas, la realidad nos recuerda que la pandemia sigue presente y que la tercera ola sigue causando estragos. Los muertos que López Obrador quiere que olvidemos, están ahí y cada vez son más.

Al 16 de septiembre de 2021, 18 meses después de haberse declarado la emergencia sanitaria, México alcanzó 3,549,229 contagios confirmados y 270,346 decesos, según datos oficiales, aunque, como lo ha reconocido la propia Secretaría de Salud (SS), estas cifras podrían ser, al menos, el doble.

A pesar de estos datos, la actitud negacionista del gobierno de AMLO se mantiene. Un ejemplo es la resistencia a vacunar a menores de edad y las desafortunadas declaraciones de López Gatell frente a la decisión judicial de fallar a favor de niñas y niños que han tramitado amparos para que se les vacune.

Al sostener que “por cada dosis que por acción judicial por esta sentencia de amparo se desviara hacia un niño o niña, cuyo riesgo es menor, se le está quitando la oportunidad a una persona que tiene un riesgo mayor”; López Gatell ratificó la soberbia e insensibilidad que ha mostrado en el manejo de la crisis de salud y causó la indignación de muchos, menos del presidente.

Además, miente, otra vez, de manera descarada, pues justamente en esta tercera ola, el grupo de la población más vulnerable son las niñas y los niños; primero, debido a que no están vacunados y, segundo, porque el regreso a clases presenciales de poco más de 13 millones de alumnas y alumnos de educación básica, los expone aún más.

De hecho, tras el retorno presencial a la escuela a partir del 30 de agosto, en el país se han registrado 9 mil 941 casos de covid-19 en menores de edad, según la SS.

Esta no es una situación exclusiva de México. La Organización Panamericana de la Salud (OPS), reportó recientemente un aumento de contagios en menores de edad de 2020 a 2021 en América. El organismo advirtió que el año pasado hubo más de un millón y medio de casos de Covid-19 entre niños y adolescentes en esta región. Nueve meses después de iniciado este año, las infecciones entre niños y adolescentes han llegado a 1.9 millones.

Frente a este riesgo, algunos países de la región han tomado la decisión de vacunar a los menores de edad, tal es el caso de Estados Unidos, Canadá, Chile y El Salvador. En México, el presidente sostuvo hasta hace algunos días que sólo se vacunaría a menores de 18 años con enfermedades preexistentes que puedan ser consideradas factores de riesgo, solo si los organismos internacionales de salud lo aprueban; lo cual suena extraño cuando, a lo largo de toda la crisis de salud, ha ignorado olímpicamente las recomendaciones de estas instituciones.

El caso es que, mientras la administración de López Obrador se ha resistido a vacunarlos, de abril de 2020 a agosto de 2021 murieron en el país 758 menores de edad. En enero de este año hubo 65 decesos en este grupo de la población, siendo una de las cifras más altas durante la pandemia; en tanto que en agosto se reportaron 43 fallecimientos. En este último mes se registró el mayor número de contagios entre menores de edad en toda la pandemia, 32,159 casos.

Pero esta es una realidad que López Obrador evade, como ha ignorado el desabasto de medicamentos para niñas y niños con cáncer. A López Obrador le apura que la pandemia pase a un segundo plano. Nunca le dio la importancia debida, por eso ha causado tantos estragos en México.

La atención del presidente ya está enfocada en el segundo tramo de su mandato, para apuntalar la consolidación de la 4T. Para él, los muertos por la Covid-19 ya no existen, hasta que la realidad le vuelve a restregar en la cara que la tragedia sigue ahí, aunque insista en voltear para otro lado.

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