El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconoció este domingo que durante el paso del ciclón Eta su Gobierno optó por gestionar una presa para «inundar» zonas indígenas del suroriental estado de Tabasco a fin de evitar mayores afectaciones en Villahermosa, capital de la región.
«Desde luego se perjudicó a la gente de Nacajuca, son los (indígenas) chontales, los más pobres, pero teníamos que tomar una decisión», confesó el mandatario mientras sobrevolaba las zonas afectadas por Eta, que dejó 28 muertos en el sureste del país.