Veinte años después de los ataques del 11-S, las torturas de la CIA siguen clasificadas como «alto secreto» en Estados Unidos, la cárcel de Guantánamo permanece abierta y algunos de sus antiguos presos han vuelto al poder en Afganistán con el regreso de los talibanes.
A falta de un relato oficial sobre uno de los episodios más oscuros de la historia de Estados Unidos, Efe ha conversado con algunos de sus protagonistas: una senadora que arriesgó su carrera para investigar a la CIA, un exagente del FBI que se opuso a las torturas y una abogada que defendió presos en Guantánamo.