Por: Salvador Cosío Gaona
“La violencia en las relaciones de noviazgo se define como todo ataque intencional de tipo sexual, físico, psicológico, de un miembro de la pareja contra el otro en una relación de noviazgo con el objeto de controlar o dominar a la persona. Una relación de estas características suele denominarse noviazgo violento”.
La discriminación en contra de la mujer, como la violencia de género, constituye una conducta denigrante e incompatible con la dignidad humana, toda vez que la misma limita su participación en la vida política, social, económica y cultural, en la cual, la desigualdad con relación al hombre constituye un obstáculo para el ejercicio pleno de sus derechos humanos.
La violencia que se ejerce en el noviazgo daña la dignidad de las personas, especialmente a las mujeres y atenta contra su propio bienestar físico y emocional. Lamentablemente, este tipo de violencia se presenta en todas las clases sociales y niveles educativos.
Los datos más recientes en materia de violencia en el noviazgo provienen de una encuesta del INEGI de 2007, donde se indica que el 15% de los jóvenes entre 15 y 24 años, que tenían una relación de noviazgo, presentó un incidente de violencia física; de las cuales el 61.4% fueron mujeres.
La Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo además, detectó que existen expresiones de violencia de distinto tipo y de diferentes grados, pudiendo distinguir tres principales: sicológica, emocional y física.
Sicológica: son acciones orientada a controlar, restringir los movimientos o vigilar a la otra persona; aislarla socialmente; desvalorizarla, denigrarla, humillarla o hacerla sentir mal consigo misma; hacer que otros se pongan en su contra, acusarla falsamente o culparla por circunstancias negativas; destruir su confianza en sí misma o en la pareja.
Emocional: son actos de naturaleza verbal o no verbal que generan intencionalmente en la víctima ansiedad, temor o miedo, tal como las intimidaciones y las amenazas. Incluye las amenazas o los actos de violencia dirigidos a un familiar o un conocido de la víctima, sus bienes o hacia el agresor mismo.
Física: son actos sobre el cuerpo de la persona, que produce daño o dolor sobre la misma (golpes, jalones, tirones, patadas, cachetadas, mordidas, pellizcos, intento de estrangulamiento, etc.
Reforzando la anterior información del Tecnológico Universitario, Ciudad de México, se halló que quienes fueron parte de una relación de noviazgo violenta tenían como precedente haber experimentado violencia en casa.
A pesar de ello, no se encuentra considerada dentro de Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, por lo que se hace necesario incorporar a ésta un apartado específico dedicado a prevenir y evitar la violencia en el noviazgo. La ausencia de este tipo de violencia de género en la ley permite que pase desapercibida tanto para las instituciones como para los mismos jóvenes y que no exista sanción contra quienes la ejercen.
Es fundamental garantizar que las mujeres que sean víctimas de este tipo de violencia, puedan ejercer el beneficio de las órdenes de protección. El Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres debe ser el ente coordinador entre los tres niveles de gobierno, que se ha de encargar de conjuntar acciones y obtener diagnósticos detallados y periódicos sobre la situación de la violencia en el noviazgo en el país.
Uno de los mejores sistemas es la prevención. Tal como lo advierte la Unicef, “la ausencia de un sistema veraz y fiable de información sobre las formas en que se ejerce la violencia contra la infancia y las consecuencias de ésta, dificulta la tarea de hacerla visible, desnaturalizarla y contar con respuestas adecuadas de política pública para su prevención y erradicación.
Por ello, urge atender los casos de violencia en el noviazgo y urge también implementar campañas informativas que erradiquen los estereotipos de género y favorezcan la prevención y atención a este fenómeno social.
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