El desarrollo y producción de baterías para vehículos eléctricos va más allá de una carrera entre empresas automovilísticas y se ha convertido en una cuestión de Estado para Washington, en su disputa con China por la hegemonía mundial.
Alentado por el Gobierno de Pekín, el sector chino de los vehículos eléctricos se ha puesto por delante del estadounidense, lo que crea inquietud en EE.UU. al haberse quedado detrás de su rival en una industria que se perfila crucial en el futuro.