Verónica Rivera Céspedes llevaba cuatro años viviendo en un departamento ubicado al lado de su consultorio en Jardines del Moral, en León, Guanajuato, donde la noche de este jueves fue asesinada a balazos.
Aunque hasta el momento se desconoce el motivo de su agresión, fuentes cercanas a la investigación revelaron que se trató de un ataque directo, por lo que descartaron un intento de asalto.
Verónica, de 36 años, era dueña de una vinícola y otros negocios ubicados en el lugar. Actualmente, daba charlas a docentes de la SEP, hace tiempo trabajó en el IMSS y estudió en la Univa una maestría en Terapia Familiar.
Personas que trabajaban con la psicóloga, contaron que desconocen el motivo del ataque, pues dijeron que era una persona muy amable.
“Realmente no sabemos por qué pasó eso. Ella era muy amable y no hemos podido contactar con sus familiares”, platicó un conocido.
La psicóloga habitaba un departamento justo a un costado de su consultorio donde tenía aproximadamente cuatro años viviendo.
“Yo la conozco de mucho tiempo y ahí ya llevaba como 4 años con su consultorio, al lado ella tenía su departamento. Su familia vive en las orillas de la ciudad, no sabemos bien en dónde”, comentó un amigo.
Sin embargo, a unos tres metros de la entrada principal de su consultorio, una cámara de vigilancia probablemente captó la hora y la salida de su presunto asesino.
En el lugar de los hechos, las autoridades informaron que a las 8:04 de la noche, un hombre fue captado por cámaras del C4 saliendo del consultorio corriendo y después se le perdió la pista.
El crimen fue reportado a las 10:44 de la noche del jueves por su pareja, Juan Valentín, quien declaró que ella terminaría su última consulta a las ocho.
Después de esa hora, los mensajes dejaron de llegar al teléfono de Verónica, por lo que su pareja la buscó en el consultorio. Al entrar, la localizó tirada sobre el suelo y con sangre en la cabeza.
“Me acerqué y la vi tirada, la toqué y ya estaba fría, no sé qué pasó”, contó Juan Valentín a oficiales de la Policía Municipal.
Los elementos pidieron el apoyo de una ambulancia, pero cuando llegaron los paramédicos, corroboraron que ya no contaba con signos vitales.
Las autoridades informaron que la víctima presentaba dos disparos, uno en la cabeza y otro en el abdomen.
También se apreciaba uno más cerca de una pared, pero en el lugar no localizaron casquillos percutidos.