La cacofonía de diferentes países actuando por su cuenta en Afganistán durante 20 años de ocupación extranjera y la falta de una meta común contribuyeron a la derrota aliada.
Dos días después de la toma de Kabul a manos de los talibanes, el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, culpó abiertamente a los dirigentes afganos de haber propiciado el colapso del país al no haber logrado pactar una solución pacífica con los talibanes.