Por: José Alfredo Ceja Rodríguez.
Académico Universidad Panamericana.
@alfredocejar
Hace algunos años fue un escándalo el que se generó con la llamada Casa Blanca del Ex Presidente Enrique Peña Nieto, un proceso complejo por el que atravesó junto con toda su familia y que generó que la actriz Angélica Rivera saliera a dar un mensaje que pudo ser criticado o no, pero dio la cara y por lo menos trató de explicar lo sucedido. Hechos como ese provocaron que los negativos de Peña Nieto aumentaran y su popularidad bajara aún más.
Lo que llama la atención es que en su momento la oposición castigó y criticó, justificadamente, al ex mandatario. Viviendo en un país que tiene como uno de sus principales problemas la corrupción, no era posible que una empresa contratista tuviera relación con la casa que era propiedad de la entonces esposa del Presidente Peña.
Hoy, algunos años después, pareciera que se repitió la historia o se volvió costumbre en el Gobierno Federal operar de esa manera, lo único distinto es el discurso por parte de los actores involucrados. Hoy no hay un Andrés Manuel López Obrador en la oposición que se encargue de gritar a los 4 vientos lo sucedido y criticar ferozmente a un mandatario, no hay tampoco un familiar del Presidente que salga a explicar lo sucedido y mucho menos hay un Presidente que ofrezca una disculpa.
Hoy lo que tenemos es la Casa Blanca de AMLO. Prácticamente es lo mismo, solo que la casa está en Estados Unidos, pero igual es propiedad de un contratista de PEMEX y tenemos un Presidente que argumenta que son ataques contra su proyecto, pero cabe aclarar que en ningún momento el PRI, el PAN, el PRD o Movimiento Ciudadano llevaron a su hijo a vivir a Houston o le dieron las llaves de esa casa.
Puede ser corrupción, conflicto de intereses o algún otro delito, pero lo que sí podemos estar seguros es que eso significa una incongruencia total para el discurso de austeridad y honestidad que pregona la 4T y significa que al llegar al poder todos utilizan las mismas prácticas de burla a la sociedad, pero siempre a través sus familiares cercanos, porque seguramente el Presidente trae 200 pesos en la cartera, seguirá usando un jetta y los zapatos gastados, pero sus hermanos e hijos no necesariamente ponen en práctica lo que durante años ha tratado de proyectar Andrés Manuel López Obrador.
Hoy Carlos Loret de Mola y el portal Latinus se han convertido en la Carmen Aristegui de Peña Nieto, que hizo con un reportaje que el gobierno anterior perdiera un poco más la brújula, la pregunta hoy será si Carlos Loret de Mola se podrá convertir con sus reportajes en el factor que haga desatinar y equivocarse a la 4T. El tiempo y los índices de aceptación lo dirán próximamente.