La fuerte guerra electoral de estado de Nuevo León, motor industrial del país, que se disputa entre el interés del presidente Andrés Manuel López Obrador y polémicos candidatos acusados de nexos con el narcotráfico y sectas sexuales.
El interés crece porque ganar la gubernatura en este estado considerado «la joya de la corona» en estos comicios implica controlar la entidad más rica del norte del país, la de menor pobreza a nivel nacional y la segunda zona metropolitana más grande de México, la de Monterrey, con más de 5,3 millones de habitantes.