En los últimos dos años, la mexicana Olivia Barrita ha aprendido a convivir con el dolor que continuamente le provoca la artritis reumatoide, una enfermedad inflamatoria, crónica e incurable que le ha cambiado la vida.
«Fue de repente que me empezaron a doler las manos. Soy secretaria y tengo que estar escribiendo, y primero me dolió una muñeca pero no le hice mucho caso», dice este martes Barrita, de 42 años