Entre tantas cosas, la reina Isabel II fue también un icono de moda repitiendo una sola y sencilla fórmula: abrigo recto y vestido con largo por debajo de la rodilla de colores brillantes, bolso de asa corta, zapatos a juego con tacón bajo, sombrero o tocado coordinado, broche en la solapa y collar de perlas.
La recién fallecida reina Isabel II, a lo largo de sus 70 años en el trono, creó un vestir propio con el que «ha cautivado al mundo y con el que ha querido transmitir un mensaje de estabilidad», explica a EFE el profesor de protocolo social y etiqueta Miguel del Amo.