La inmigrante mexicana Graciela Ansúrez recibió este martes la vacuna contra la covid-19, tres días después de que una trabajadora de una farmacia de Los Ángeles, California, se negara a inmunizarla por ser indocumentada, contradiciendo los parámetros establecidos tanto por el Gobierno federal como por el local en el sentido de que todos los residentes deben ser vacunados.
“Mi alegría hubiera sido mayor si hubiera recibido la vacuna la primera vez que vine. Pero en vez de eso me ofendieron por mi condición de indocumentada. Eso dolió mucho”, dijo a Efe Ansúrez, de 56 años.