Aunque consideran que ha regresado la relativa tranquilidad del pasado gracias a una estrecha vigilancia de las fuerzas de seguridad, los habitantes de la región donde hace justo un año tuvo lugar la brutal masacre de nueve miembros de varias familias mormonas continúan clamando justicia en este caso que causó un choque diplomático con Estados Unidos.
La paz de las familias mormonas habitantes de esta zona rural entre los norteños estados mexicanos de Sonora y Chihuahua se resquebrajó por completo el 4 de noviembre de 2019.