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Este es el origen de las expresiones mexicanas que más decimos

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Nuestra abuelita las decía, nuestros papás nos las enseñaron y nosotras todavía las usamos pero, ¿te has preguntado de dónde salieron frases como «Me hace lo que el viento a Juárez» o «Ya chupo faros»? Aquí te mostramos el origen de 7 de las frases más populares que todos los mexicanos decimos.

“Ya chupó faros”
Su origen proviene de la Revolución Mexicana, tiempo en el que los fusilamientos eran muy comunes. A las personas que iban a matar generalmente les concedían un último deseo, y el de muchos era fumar un cigarro. En esas épocas los Faros eran los más comúnes, así que casi todos morían «chupando Faros».

“El que quiera azul celeste que le cueste”
Esta frase que se refiere a que hay que trabajar muy duro por algo que se desea. Se cree que su origen se debe al arte, pues para que los pintores obtuvieran un azul claro o celeste para sus pinturas tenían que obtenerla de una piedra preciosa: el lapislázuli, así que quien quería celeste en sus obras de arte debía pagar mucho para tenerlo.

“Aguas”
Durante la época de la Colonia el drenaje no era común para todos los hogares, así que la forma de deshacerse del agua sucia (y de… otras cosas) era tirándola desde los balcones hacia la calle. Antes de lanzarla, la persona gritaba “aguas” para prevenir algún percance.

“Me hace lo que el viento a Juárez”
La usamos para decir que algo nos tiene sin cuidado. Existen 2 hipótesis sobre su origen. La primera hace referencia a la infancia de Benito Juárez que siempre salía a pescar junto con sus amigos, pero un día, el viento los sorprendió y los niños asustados, se lanzaron al agua y llegaron a la orilla. Benito permaneció en la barca y nada le pasó. La anécdota se expandió por el pueblo de Guelatao.

La segunda teoría indica que tras la muerte de Juárez, en uno de los murales que se hizo en su honor, Benito aparecía muy bien vestido y peinado, pero en el fondo se veía una bandera que ondeaba con gran fuerza, como si un fuerte viento la estuviera moviendo.

Ante la incongruencia del cuadro, se expandió la idea de que ni el viento podía despeinar a Benito.

“Chiflando y aplaudiendo”
Su origen se lo debemos a los tinacales sin tejas y detenido solo por palos en donde los tlachiqueros (personas que recibían el agua miel), tenían que menearlo de manera rápida para que se fermentara. Así nació el pulque.

Los tlachiqueros tenían que chiflar mientras hacían esta labor por órdenes del patrón, pues si no lo hacían, los empleados se verían tentados a probar un trago.

De ahí que las suegras acuñaran esta frase de “chiflando y aplaudiendo”, para que sus yernos mantuvieran las manos ocupadas y así no se propasaran con sus novias.

“Le voy a leer la cartilla”
Usada para regañar a alguien y amenazarlo si es que no cumple con sus promesas. Las cartillas eran unos libritos que contenían las normas básicas del funcionamiento de un oficio, así que se cree que esta frase tiene sus orígenes en los campos militares.

En el siglo XIX los militares tenían cartillas con normas básicas por lo que al leer los librillos entendían que debían acatar las normas y ser disciplinados o se atendrían a las consecuencias.

“La tercera es la vencida”
Existen 3 hipótesis sobre el origen de esta expresión: la primera, que tras el tercer robo cometido por una persona se le aplicaba la pena de muerte.

También puede venir de que la lucha de cuerpo a cuerpo consistía en 3 caídas. La última hipótesis asegura que la expresión de la debemos a los romanos, pues en la primera fila del ejército estaban los hombres menos preparados, en la segunda los intermedios y en la última los más veteranos y valientes.

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