Tienen entre 12 y 15 años, algunas de ellas y ellos tienen discapacidad visual o auditiva, distrofia muscular, hay quienes tienen Síndrome Down, Asperger, Trastorno por Déficit de Atención (TDH), o alguna otra discapacidad física o barrera de aprendizaje. Actualmente son 82 alumnos del turno matutino que, tras haber sido rechazados en varias instrucciones educativas encontraron las puertas abiertas en la escuela Secundaria U8 Mixta, en Guadalajara.
Hace 20 años llegó a la institución Eneida, la primera alumna con discapacidad visual, recuerda el maestro Ignacio Velazco: “En un sentido de contribuir a su aprendizaje, de no rechazarla, decidí aprender el sistema braille y comencé a realizar mis propias herramientas para adaptar libros y crear material didáctico en este sistema”.
A lo largo de este tiempo se ha brindado el apoyo a más de 400 alumnos del turno matutino y vespertino y a partir de ese momento, los docentes Imelda Gómez González, María del Carmen López Castelán, Francisco Checa Contreras y María Aurora Sigala González, comenzaron a implementar una práctica de inclusión a la que llamaron “Otredad” que consiste principalmente, en desarrollar armónicamente las facultades del alumnado que se encuentra en condiciones de vulnerabilidad social, económica, física, intelectual y emocional.
El director de la institución, Carlos Sandoval Delgado, se refiere a los docentes como `sujetos amorosos` y explica por qué: “Yo les digo que son sujetos que aman lo que hacen, aman a sus alumnos, entonces se preocupan por ellos. Ellos lo hacen como algo normal, como su forma de vida, y se lo transmiten al alumno, y el alumno lo siente”.
La escuela incluye a sus estudiantes mediante los siguientes cinco pasos:
1.- Comienza con un diagnóstico, una valoración para identificar la necesidad especial de los alumnos se recurre a las Unidades de Servicio y Apoyo a la Educación Regular (USAER).
2.- En cada grupo, los docentes realizan una adecuación de sus planificaciones para atender necesidades especiales.
3.-Una vez identificada la necesidad de los alumnos, se organiza a los grupos de manera equilibrada para promover la mejora.
4.- Se buscan apoyos externos y generar proyectos de inclusión, trabajo en la socialización e integración, trabajo individual con cada niño.
5.- Se brindan diversas actividades elegidas por los alumnos y proyectos como: música, arte, cocina, carpintería, soldadura, baile, flamenco, etc…
El rechazo de diversas instituciones educativas generó impotencia y desesperación en las madres y padres de los estudiantes, quienes vivían incluso, la discriminación ante la falta de inclusión.
“Gracias a Dios por la escuela, por el director y por los maestros, que se han interesado en nuestros hijos y que buscan las herramientas y estrategias para enseñarles, no solamente en lo académico, sino también, se puede decir que en la convivencia con sus compañeros”, manifestó una madre de familia.
“Otredad” ganó en la categoría de inclusión dentro del Premio EduPrácticas. A nivel nacional Jalisco es el único estado que realiza este tipo de reconocimientos, en coordinación con la Secretaría de Educación de la entidad.
El maestro Francisco Checa Contreras concluyó: “Es un proyecto donde tratamos de incluir y ponernos en los zapatos del otro. Lejos de ser debilidades o barreras, son fortalezas para nosotros”.