La aerolinea de bajo costo, Virgin Australia, podría entrar este martes en administración voluntaria para que sea dirigida por una entidad independiente ante su mala situación económica.
La empresa seleccionada para ese tipo de administración sería Deloitte, que deberá encontrar un camino ante los problemas financieros que además se complican por la falta de pilotos capacitados, indicó la Australian Broadcasting Corporation (ABC).
Podría ser posible un rescate del gobierno federal australiano por unos mil 400 millones de dólares australianos (mda) (casi 954 millones de dólares estadunidenses), pero entre otros escollos figura la oposición de los gobiernos de los estados de Nueva Australia del Sur y Queensland.
La aerolínea muestra una deuda de cinco mil mda (cerca de tres mil 180 millones de dólares), con una calificación degradada ante la posibilidad de su quiebra.
Es el ejemplo más reciente de los problemas que enfrenta la aviación comercial mundial por la crisis generada por la pandemia de COVID-19, la cual se estima baje los ingresos en 314 mil millones de dólares, de acuerdo a la Asociacion Internacional de Aviación (IATA, por sus siglas en inglés).
El 20.94 por ciento de acciones de Virgin está en manos de Etihad Airways, otro 20.09 por ciento lo detenta Singapore Airlines, Nanshan Group con 19.98 por ciento y Richard Branson Virgin Group el restante 10.42.
El gobierno singapurés ya descartó medidas de apoyo, mientras Branson no se ha pronunciado, señaló la ABC.
En contraste, a la falta de apoyo gubernamental australiano que enfrenta la aerolínea, la semana pasada la administración estadunidense anunció 25 mil millones de dólares en apoyo a las líneas aéreas de ese país.