Eliminar el trabajo infantil en el mundo costaría «céntimos» a los consumidores y las empresas pero, según el experto guatemalteco Fernando Morales De la Cruz, los países no quieren hacerlo.
A pesar de que el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OPI) «sobre las peores formas de trabajo infantil» está ratificado por los 187 Estados Miembros de esta organización, 160 millones de niños tienen que trabajar para subsistir, según estimaciones de la propia institución y Unicef previas a la pandemia.