A veces con todo las noticias que nos rodean es difícil recordar que la humanidad también tiene un lado amable y positivo. Pero los investigadores de la Universidad de Yale nos tienen buenas noticias: La bondad en la mayoría de las personas es inherente y son las personas malas las que se alejan de la norma.
De hecho, de acuerdo a su nuevo estudio, la crueldad es un intento deliberado de no hacer caso al instinto natural humano por hacer el bien.
Los investigadores buscaron averiguar si la amabilidad era o no una parte integral de la naturaleza humana o en realidad se traba de una divergencia del orden natural. Por lo que desarrollaron un juego para medir el comportamiento altruista o desinteresando de los participantes, a diferencia de experimentos anteriores, en este modelo se le permitía a los participantes jugar más de un juego a la vez. En algunos, se premiaba el comportamiento altruista, pero en otro no. Esto significó que los individuos no podían tener una estrategia y se verían forzados a reajustarse con cada movimiento.
El equipo de científicos descubrió que dos patrones de comportamiento comunes comenzaron a formarse: los jugadores que confiaban en el instinto para tomar sus decisiones tendían a provenir de un ambiente amistoso y de apoyo, habiéndose visto beneficiados por la generosidad en el pasado. Como resultado, era más probable que fueran bondadosos con los demás, sin importar si se verían beneficiados o no.
Por otro lado, los individuos que confiaban más en la estrategia, e intentaban descifrar si un movimiento los beneficiaría o no, tendían a provenir de un entorno mucho más hostil. Sin una ganancia personal de por medio, los participantes estratégicos bloqueaban su instinto natural de ser cooperativos. Los individuos que son deliberadamente poco cooperativos, también terminan actuando egoístamente en instancias que de otras forma los beneficiaría.
¿Por qué el ser humano evolucionó para tener una inclinación hacia el altruismo y la cooperación?
El afamado científico Charles Darwin creía que la naturaleza favorecía a la cooperación porque insta a los humanos a trabajar juntos y ayudarse los unos a otros, lo que termina por aumentar las probabilidades de supervivencia de la especie.
El reporte ha sido publicado en el diario PNAS.