Al menos dos semanas antes del asalto al Capitolio de Estados Unidos del pasado 6 de enero, los encargados de asegurar el edificio revisaron pistas sobre una posible invasión armada, pero una serie de fallos de comunicación e inteligencia evitaron que esa información llegara a los agentes desplegados allí.
Así lo indica la primera investigación bipartidista sobre el extraordinario ataque protagonizado en enero por seguidores del entonces presidente Donald Trump, publicada este martes por dos comités del Senado estadounidense.