El rey emérito español Juan Carlos se ha trasladado a la República Dominicana tras decidir abandonar su país al verse acosado por un aluvión de escándalos, informaron el martes los periódicos La Vanguardia y ABC, sin citar fuentes.
La presión se ha ido acumulando sobre el otrora popular y ahora controvertido rey emérito desde que los fiscales españoles y suizos empezaran a investigar el supuesto soborno cobrado en un contrato de tren de alta velocidad en Arabia Saudí.
En una carta publicada el lunes por la Casa Real, Juan Carlos le decía a su hijo que abandonaba España para poder permitirle gobernar sin problemas “ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida”.
La Vanguardia dijo que el exmonarca de 82 años viajó en coche a Portugal el lunes por la mañana y desde allí voló a la República Dominicana, donde planea quedarse unas semanas con una familia que hizo su fortuna con las plantaciones de azúcar, antes de buscar un nuevo destino.
Las primeras reacciones a la partida de Juan Carlos pusieron de manifiesto que España está dividida sobre si su anterior rey, que fue una figura destacada en la transición del país a la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco, debería haberse quedado para hacer frente a la justicia.
En pleno cruce de conjeturas sobre a dónde podría haberse trasladado, el canal de televisión portugués TVI24 y el tabloide Correio da Manhã dijeron el lunes que Juan Carlos estaba en Cascais, una zona turística cerca de Lisboa, donde pasó parte de su infancia. Los medios portugueses no citaron ninguna fuente.
El abogado de Juan Carlos, Javier Sánchez-Junco, dijo en una breve declaración que, pese a la decisión de irse, el anterior rey de España “permanecería a disposición de la fiscalía”.
El rey Felipe VI agradeció a Juan Carlos su decisión de dejar el país, subrayando “la importancia histórica que el reinado de su padre representa” para la democracia en España.
Juan Carlos ascendió al trono en 1975 tras la muerte del dictador Francisco Franco y se ganó el respeto de los españoles por el papel que desempeñó para guiar al país hacia la democracia.
Pero su popularidad se hundió en los últimos años debido a una serie de escándalos, lo que le llevó a renunciar a la corona en 2014.