Defensor de causas perdidas y, sobre todo, de cualquier entuerto que pudiera enfrentarle -aún más- a la todopoderosa FIFA, Diego Armando Maradona hizo suya la afrenta de todo Uruguay cuando Luis Suárez fue sancionado durante el Mundial de Brasil 2014 y apartado del fútbol durante cuatro meses.
Era la noche del 26 de junio de 2014. Ese día, el delantero de la Celeste recibió una durísima sanción por parte del organismo regulador tras una no menos dura acción en el terreno de juego, en la que, además, era reincidente: fue suspendido por nueve partidos con la Celeste e inhabilitado por cuatro meses tras morder en un hombro al italiano Giorgio Chiellini.