Rodeado de máscaras, playeras y productos con su imagen, El Hijo del Santo, continuador del legado del luchador más icónico de México, recibe en una firma de autógrafos en su tienda de Ciudad de México el cariño de sus aficionados, una estrategia con la que se prepara para retirarse.
«Tengo dos años planeando mi retiro y mentalmente estoy listo. No es fácil, te das cuenta de que no toda la vida estarás en un ring, entonces lo que he hecho es acercarme a mi público, me alimenta que vengan a visitarme»