Por: Betsy Rua
Recientemente, el expresidente de Colombia Álvaro Uribe, dijo que el paro convocado para este 21 de noviembre en Colombia era parte de la estrategia del Foro de Sao Paulo para desestabilizar a las democracias en América Latina. Afirmaciones similares fueron las del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro al referirse a la reunión anual del foro en julio y en octubre, el Tribunal Supremo de Venezuela en el exilio, acusó al foro de incentivar las protestas en Ecuador y Chile.
El Foro de Sao Paulo es una organización surgida en 1990, para reunir a los partidos políticos y organizaciones de tendencia izquierdista de América Latina. Se creó con el objetivo de discutir la nueva realidad política internacional, devenida con el fin de la Guerra Fría y la caída del muro de Berlín, que recordarán fue interpretado como el triunfo del liberalismo por sobre otras ideologías, sobre todo por la atrevida tesis de Francis Fukuyama que lo planteaba como “el fin de la historia”…
Sin embargo, a la luz de los recientes eventos en América Latina (desde México con el gobierno de tendencia progresista de Andrés Manuel López Obrador hasta Argentina donde la derecha neoconservadora volvió al poder con la llegada de Macri), parece ser que la confrontación ideológica continúa teniendo presencia y fuertes implicaciones en la vida política de los ciudadanos y sobre todo en las relaciones entre Estados.
Y es que a los colombianos les sobran razones para asistir al paro nacional de este 21 de noviembre convocado por las centrales obreras y organizaciones de oposición al gobierno y a las políticas económicas de Iván Duque, cuya gestión registra una desaprobación del 69%, la más baja en lo que va de su administración. Lo que Álvaro Uribe y Jair Bolsonaro omiten al lanzar semejantes afirmaciones, que lo único que hacen es construir una teoría que raya en lo “conspiranóico” es que hoy por hoy, el Foro de Sao Paulo funciona más como think thank, como un espacio de discusión política que carece de poderes vinculantes al no ser una organización ni formada ni reconocida por Estados.
El Foro de Sao Paulo se reúne anualmente desde su fundación por lo cual, es curioso que ahora esté en la boca y en la pluma de todos. Habría que reflexionar que, si el foro ostentara el poder que sus detractores dicen que tiene, para empezar, el golpe de estado en Bolivia no se hubiera consumado. Como dice el dicho: “el león cree que todos son de su condición”.