Las fuerzas federales mexicanas se han desplegado por las peligrosas rutas migratorias entre el estado de Tabasco (sureste de México) y la frontera con Guatemala, hoy cerrada a toda actividad no esencial, lo que obliga a los migrantes a buscar nuevos caminos por miedo a ser atrapados.
“Desde aquí les mando un mensaje a mis panas (amigos): ¡No vengan, está muy duro!”, declaró hoy a a Efe Evelio Aguilar, mientras viaja con tres hondureños más con el plan de asentarse en el estado norteño mexicano de Monterrey, donde tiene a su esposa.