En México, la elección de una carrera universitaria es un proceso significativo, pero no siempre definitivo. Según datos del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS), entre el 30% y el 40% de los estudiantes deciden cambiar de carrera o abandonar sus estudios durante los primeros semestres de su formación. Este fenómeno pone de manifiesto la importancia de la orientación vocacional adecuada, un aspecto que, lamentablemente, carece de la formalidad necesaria en el país.
El acceso a la educación superior en México representa un gran logro; sin embargo, solo el 24% de los jóvenes logran ingresar a la universidad, de acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP). A pesar de este desafío, muchos estudiantes se encuentran en la disyuntiva de elegir una carrera que, al final, no satisface sus expectativas.
Los motivos que llevan a un estudiante a cambiar de carrera son diversos. En primer lugar, muchos descubren que la realidad de la carrera elegida no se alinea con sus expectativas iniciales. Influenciados por la familia, los medios de comunicación y la cultura popular, los jóvenes a menudo se ven desilusionados al enfrentarse a un panorama diferente al que imaginaron.
Además, a medida que avanzan en sus estudios, algunos alumnos sienten que la carrera no cubre sus necesidades vocacionales. La insatisfacción con el aprendizaje y la falta de realización personal pueden llevar a una reevaluación de su camino académico.
Otro factor a considerar es la percepción de que una carrera universitaria ya no garantiza el éxito profesional. Actualmente, solo el 30% de la población joven en México se dedica exclusivamente a sus estudios, mientras que un 40% trabaja, lo que puede generar tensiones entre la vida laboral y académica.
Roberto Saldaña, Rector de UTEG, comenta: “A lo largo de 21 años de trabajar en la educación, he visto que los alumnos dudan en cambiar de carrera ya que esto representa un enfrentamiento con la familia. Dado que ya existe una inversión, muchas veces sienten culpa. Sin embargo, cambiar de carrera no es un fracaso, sino una oportunidad de crecimiento y aprendizaje”.
Es crucial que los estudiantes se preparen e informen antes de realizar un cambio, asegurándose de que su siguiente paso esté bien definido. Para aquellos que consideran cambiar de carrera, se recomienda buscar universidades que ofrezcan la validación de materias, ya que en muchos casos las asignaturas pueden ser compatibles, facilitando así la transición sin consecuencias negativas para su formación académica.
Cambiar de carrera es una decisión válida y, en última instancia, puede ser parte del proceso de autodescubrimiento y desarrollo personal de los estudiantes.
