Las toxinas que ingresan a nuestro organismo pueden ser muy dañinas y afectar los órganos vitales como pulmones, riñones, hígado y corazón; por ello, es indispensable aprender a desintoxicar el cuerpo.
A través de lo que comemos, bebemos o respiramos, nuestro organismo está expuesto a toxinas que ralentizan el metabolismo y alteran nuestra calidad de vida.
Un ejemplo muy claro es el agua que usamos para lavar los alimentos o hidratarnos. En ella se pueden encontrar productos químicos y contaminantes que generan enfermedades como el cáncer, de acuerdo con The USGS Water Science School.
La alimentación es la vía más eficaz para depurar tu cuerpo, debido a que las propiedades naturales de algunos productos ayudan a eliminar las toxinas. Por ejemplo, en tu dieta diaria puedes incluir:
1. Té verde
Esta bebida es rica en flavonoides, que favorecen la actividad hepática y ayudan a desintoxicar el cuerpo.
2. Vegetales
Los alimentos con hojas verdes son diuréticos y tienen una gran cantidad de antioxidantes. Puedes ingerir berros, lechuga y espinacas, entre otras.
3. Limón
Con tan sólo añadir unas gotas de limón a un vaso con agua es suficiente para desintoxicar el cuerpo, mejora la digestión e hidrata naturalmente.
4. Ajo
Es un diurético expectorante y estimulante, que actúa contra los radicales libres. Tiene propiedades antiinflamatorias, digestivas y vasodilatadoras.
5. Manzana
Contiene vitaminas, minerales, fibra, agua y antioxidantes, que estimulan la depuración de toxinas y favorecen el funcionamiento del aparato digestivo.
¡Cuidado!
Una persona puede identificar fácilmente que requiere una desintoxicación si presenta los siguientes síntomas:
Pesadez
Fatiga
Flatulencia
Acidez
Digestión lenta
Ansiedad por comer
Dolor de cabeza
Alergia
Problemas para conciliar el sueño
Halitosis
Constipación
Erupciones
Caída del cabello
Resequedad en la piel
Recuerda que siempre debes beber, por lo menos, dos litros de agua al día y llevar una dieta rica en fibra.
Además, evita los malos hábitos como fumar y tomar alcohol, así como las grasas saturadas.
Tu cerebro es el culpable de que quieras bajar de peso en Año Nuevo
Para Gary Marcus, psicólogo de la Universidad de Nueva York, la respuesta a esta pregunta reside en algo que se llama “tensión entre los reflejos y la planificación deliberada”. ¿Difícil de entender? No lo es tanto.
Lo que viene a decir el experto lo ilustra en el siguiente ejemplo típico de Año Nuevo: “planeamos adelgazar pero normalmente, en marzo o abril, ya nos hemos olvidado de nuestros propósitos y volvemos a lo de siempre. Y todo se debe a la tensión entre los reflejos y la planificación deliberada.
La planificación deliberada es lo que haces por Año Nuevo, y los reflejos lo que haces casi todo el tiempo”. ¿Te queda claro?