Por: Salvador Cosío Gaona
El próximo domingo 4 de junio habrá elecciones locales, eligiéndose Gobernador en tres entidades del país y el resultado podrá dar señales claras del posible comportamiento electoral en los comicios a efectuarse el primer domingo de junio de 2018 para elegir nuevo Presidente de la República, así como renovar el Senado y La Cámara de Diputados del Congreso de la Unión al igual que autoridades locales en muchos estados de la nación y La Ciudad de México.
Lo que decidan con su voto los ciudadanos en Nayarit, Coahuila y especialmente en el Estado de México, será un parámetro para analizar si será convalidable lo que se ha anotado a partir de diversos sondeos de opinión pública difundidos por varios medios de comunicación de influencia nacional, con resultados de encuestas realizadas por empresas reconocidas como eficientes y honestas, que han mostrado lo que actualmente podrían ser los escenarios si la elección presidencial fuere en los próximos meses de este año y no hasta poco menos de 16 meses. Datos que arrojan o reiteran la ventaja a favor de Andrés Manuel Lopez Obrador, el Presidente Nacional y Líder del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), quien según las mediciones tiene mucho mayor índice de conocimiento que cualquier otro aspirante presidencial hasta hoy reconocido y supera ampliamente en intención de voto a su favor a cualquier posible abanderado a postularse por el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
De los comicios a desahogarse el próximo 4 de junio, resulta de mayor interés la contienda electoral en el Estado de México, donde habrá elección de Gobernador, proceso comicial que luce muy competido y sin visualizarse ahora un claro ganador y es así como lo revela el resultado de una encuesta realizada por el diario EL UNIVERSAL, según la cual el PRI preserva una muy ligera ventaja sobre el PAN pero con un gran crecimiento de MORENA, que le dota de sorpresiva fuerte presencia en la entidad.
En los careos entre candidatos, el abanderado priísta, Alfredo Del Mazo, vencería en casi todos los escenarios, salvo en los que el contendiente panista es José Luis Durán Reveles o la Senadora Laura Rojas. En esos casos, la mayor preferencia es para Delfina Gómez, de MORENA y lo que más llama la atención de cómo evolucionaron las preferencias electorales en el Estado de México, es en el crecimiento que tuvo Morena, que pasó de estar en cinco puntos a 11.6 y también se destaca la forma en que el PRI se cayó drásticamente en el mismo lapso y que no se ha podido recuperar pese a las alianzas que signó con los partidos Verde Ecologista (PVEM), Nueva Alianza (PANAL) y Encuentro Social (PES).
En el último trimeste que se evaluó el tricolor, perdió alrededor de siete puntos, casi el mismo número de puntos que perdió el PRI los sumó MORENA. Cuando se pregunta a los entrevistados el sentido de su voto por partido, el PRI obtendría 15.6%; el PAN, 13.3%; MORENA, 11.6%; mientras la alianza entre el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido del Trabajo (PT) tendría 11.5%. Destaca la caída del PRI en las preferencias, puesto que en noviembre pasado, el tricolor tenía 22.2%, 6.6 puntos más que ahora. El mayor repunte lo tuvo MORENA, que sumó 6.5% respecto de noviembre de 2016.
En el escenario en que compiten Alfredo Del Mazo (PRI), Josefina Vázquez Mota (PAN), Delfina Gómez (Morena) y Juan Zepeda (PRD-PT), el priísta ganaría, pero solamente con 0.2% de ventaja sobre la panista, mientras que Delfina Gómez estaría por detrás sólo dos puntos porcentuales respecto del candidato vencedor.
En un segundo planteamiento, en el que los competidores son los mismos, excepto el de la alianza PRD-PT, que en este caso es Javier Salinas, Del Mazo gana con 21.8%, seguido de Delfina Gómez, con 19.1%, y en tercer lugar se ubica Josefina Vázquez Mota, con 18.3%. De nuevo se puede observar un resultado dentro del margen de error que implicaría empate técnico.
Si el candidato del PAN no es Josefina Vázquez Mota, el PAN pierde competitividad frente al PRI y Morena. Por ejemplo, si el candidato es José Luis Durán Reveles o la senadora Laura Rojas, el partido blanquiazul quedaría en tercer lugar. Incluso, si se diera alguno de estos dos escenarios y el candidato de la alianza PRD-PT fuera Javier Salinas, la elección se decanta en favor de Morena y Delfina Gómez.
Este panorama abre la posibilidad de que por primera vez en su historia, el Estado de México elija a un gobernador de un partido distinto al PRI el 4 próximo de junio y vislumbra claramente la gran posibilidad que pierda el PRI la elección presidencial de 2018.
Podría ser que el señero refrán popular que dice: ‘la tercera es la vencida’ llegue a aplicarle a Andrés Manuel López Obrador, quien por tercera ocasión aspira a la Presidencia de la República, tras buscarla infructuosamente en los procesos electorales efectuados en 2006 y en 2012, ya que todos los resultados de encuestas o sondeos de preferencias electorales y de opinión pública que se han venido publicando en diversos medios de comunicación, señalan que es el personaje más conocido, el que goza de mayor simpatía y por ende quien tiene a su favor la más amplia intención de voto de cara a la elección presidencial a efectuarse el primer domingo de junio de 2018.
Es indudable que ha beneficiado a Lopez Obrador la mucho muy cuestionada administración a cargo del Presidente Enrique Peña Nieto con sus escasos resultados positivos y la crisis económica y de seguridad con esa depreciación monetaria, creciente inflación y depauperación social, además de la inclemente inseguridad con desmedido aumento de violencia han generado la más baja aceptación para un mandatario mexicano en la historia contemporánea y reciente, pues a Peña solo lo acepta un promedio de 6% de los mexicanos, según instrumentos de medición de opinión ciudadana, o sea que 94 de cada 100 mexicanos lo repudia, siendo agravado el sentimiento comunitario con el rechazo masivo a los incrementos dictados al precio de las gasolinas, el diésel y la energía eléctrica, más el acendramiento de la imagen negativa por la errática forma de actuar frente a los arteros ataques que en contra de México y los mexicanos realiza desde antes de asumir su encargo el patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la politica y ahora fascistoide dictador llamado Donald Trump, andanada contra nuestra nación que se incrementó más aún tras su asunción como Presidente de Los Estados Unidos de América.
Y hay que considerar además que el partido del gobierno o mejor dicho: ‘el partido de Peña Nieto’ carece de aspirantes con perfil competitivo para pensar pudieren ser susceptibles de acopiarse apoyo popular suficiente y ganar la elección presidencial, pues el Secretario de Relaciones Exteriores y ex titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, es aún más impopular que Peña Nieto y no tiene tampoco demasiada aceptación popular el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, siendo ellos los dos favoritos de Peña para de entre ellos elegir a su delfín, quienes además sostienen un frenético y apasionado pleito entre sí, siendo los otros enlistados actores políticos que se agrupan al lado de Videgaray y son Aurelio Nuño Mayer, Secretario de Educación Pública y José Antonio Meade Kuribreña el actual titular de la SHCP, que tienen aún mucho menos aceptación e intención de voto a su favor que Osorio y Videgaray.
Los posibles aspirantes del PRI están en tercer lugar, por debajo de cualquiera de los visibles aspirantes del Partido Acción Nacional (PAN) la principal alternativa al PRI, que tampoco queda bien parado tras el tsunami Trump. Los dos principales candidatos, Margarita Zavala, esposa del expresidente Calderón y Ricardo Anaya, el muy joven presidente del partido, proyectan una imagen de relativa debilidad y del resto de partidos no se sabe aún mucho sobre cómo jugarán sus cartas aunque varios serán simplemente aliados de PRI o PAN.
El enemigo de López Obrador es el tiempo, pues aún falta más de año y medio para la elección y habrá que ver si aguanta el ritmo y se mantiene en punta, además que debe verse que en sentido contrario, le puede faltar tiempo para consolidar adecuadamente la estructura de su partido, tanto para la movilización como en relación a la tarea de organización electoral y defensa del voto.
Pero hay que advertir que el partido de López Obrador es nuevo y no obstante, MORENA ha venido creciendo sustancialmente y ya casi empareja al propio Andrés Manuel en cuanto a aceptación popular y hasta hace unos meses MORENA apenas tenía presencia social y su líder estaba muy arriba de la percepción favorable hacia su partido y ha venido subiendo muy rápidamente, aunque es de insistirse en qué hará falta que le alcance el tiempo al Candidato para fortalecer su estructura y que no le sobre tiempo que le haga sufrir tal desgaste, que pierda la ventaja que indudablemente, hoy por hoy tiene.
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