Por: Salvador Cosío Gaona
El posible nuevo texto del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tendrá de forma casi inexorable, si es que llega a haber renegociación, que contener un cambio sustancial en las reglas del convenio en cuanto al sector automotriz, debiendo recordar que el equipo de negociadores del gobierno de Los Estados Unidos de América provocó la ruptura del avance en las conversaciones sobre ese tópico en las reuniones efectuadas durante el mes de octubre pasado, al plantear una propuesta de máximos que no recabó el apoyo ni de sus dos socios comerciales regionales, ni de los expertos ni de sus líderes en la propia industria automotriz de su nación.
Hace un mes, el equipo de negociación del gobierno de Canadá sometió a consideración una posible nueva fórmula de cálculo que permitiría elevar el contenido regional sin cambios drásticos, pero ello fue poco exitoso y ahora el equipo negociador de México se apresta a plantear una propuesta al respecto en la séptima ronda de negociación, buscando actualizar el mayor pacto comercial del planeta, ronda que iniciará justo dentro de una semana en la Ciudad de México, pues en voz del equipo negociador gubernamental mexicano se sabe que está trabajándose una propuesta de la mano con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), mediante la cual se pretende impulsar una invocación en el capítulo inherente al citado sector industrial automotriz.
El titular de la Secretaría de Economía Ildefonso Guajardo Villarreal, ha señalado que el sector automotriz es la primera industria de México y la mayor fuente de divisas, por delante de las remesas, del turismo y del petróleo y, consciente que sin un cambio fundamental en este punto el gobierna del vecino país del norte no dará su brazo a torcer, en cuestión de meses el Gobierno mexicano ha pasado de negarse a introducir cambios en las reglas de origen del sector automotriz -las que fijan el porcentaje mínimo de piezas fabricadas en la región que deben montar los coches ensamblados en cualquiera de los tres países- a acceder a negociar. Sin embargo, las resistencias internas siguen siendo importantes.
La AMIA ha repetido en forma insistente que no advierte la necesidad de provocar algún ajuste en el tema del contenido regional y ha reiterado su punto de vista en cuanto a que un incremento drástico dañaría gravemente la competitividad de los tres países frente a terceros como China, a lo que Ildefonso Guajardo ha señalado: “En materia automotriz ya hay dos propuestas en la mesa, una estadounidense y una canadiense, y estamos trabajando con la AMIA para cerrar una propuesta mexicana, creo que la AMIA hizo una posición de arranque, pero después de seis meses de negociación es tiempo de reconocer que el modelo de vehículo de 1992, que se tomó en el proceso de negociación del TLC firmado en 1994, es un automóvil muy diferente del de 2018. Tenemos que modernizar la regla de origen» y Guajardo Villarreal pone toda la presión sobre su propio sector automotriz para que haga como el propio Ejecutivo y acepte cambios sobre su férrea posición de origen.
En enero, poco antes de la citada ronda de Montreal, la AMIA señaló: «La regla de origen propuesta por los Estados Unidos de América no solo es inaceptable sino que también es inalcanzable. Ha sido elaborada en el escritorio de alguien que no sabe cómo se fabrican los vehículos en un mundo globalizado. Los propios fabricantes del vecino país del norte, incluidos los propios fabricantes de autopartes a los que, a priori, podría beneficiarles, se han opuesto: la propuesta, a todas luces, no refleja lo que la manufactura de América del Norte puede lograr y ha logrado”, más el equipo negociador del gobierno del país vecino no se ha movido ni un milímetro de su propuesta inicial: pasar del 62.5 % actual al 85% de mínimo regional en cada auto y fijar un umbral del 50% de contenido únicamente estadounidense. Con este doble movimiento, la Administración republicana busca asegurar una mayor carga de trabajo en sus plantas de fabricación de autopartes e incrementar así la mano de obra en el sector manufacturero. Los gobiernos de Canadá y México han abierto la puerta a renegociar el primer punto, el relativo al contenido regional, pero siguen rechazando de plano establecer un mínimo nacional que, alegan, no contempla ningún tratado de libre cambio del mundo.
Tras el turbulento cierre de la sexta ronda de negociaciones en relación al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), efectuada en la ciudad de Montreal a finales de enero, marcada por los severos reproches del gobierno de Los Estados Unidos de América al de Canadá y el de México en atisbo, pareciere que en las dos últimas semanas los gobiernos de los tres países involucrados en el acuerdo comercial tripartito se esfuerzan por hacer ver que la renegociación está en posibilidades de éxito y que pronto podría culminar, de ello es ejemplo lo aseverado por el titular de la Secretaría de Economía Ildefonso Guajardo Villarreal quien afirma sin mucho sustento: «Estamos claramente avanzando», y ello lo pone en la misma línea con las declaraciones de sus homólogos canadiense y estadounidense en la negociación, ya que es similar lo expresado por todos en el sentido que la ronda llevará avances en el sector de energía y telecomunicaciones, y tiende a preservar la reforma de telecomunicaciones efectuadas en Mexico para reflejarla en el acuerdo, y con propuestas acordes para poder resolver los temas pendientes. Los tres negociadores en Jefe aseguran que podrán llegar a definir varios capítulos cerrados en la próxima ronda de conversación.
Los más influyentes grupos empresariales mexicanos ven posible pueda cerrarse en la séptima ronda de negociaciones del TLCAN entre seis y diez capítulos de los treinta que se están negociando, pero no ven factible un fácil y próximo acuerdo en los tres temas más espinosos que sin duda son lo relativo a reglas de origen de los automóviles, resolución de controversias y cláusula de terminación automática del tratado cada cinco años.
En ese marco de posibilidades pero que siguen siendo inciertas, Guajardo Villarreal ha reconocido que los próximos meses serán sumamente críticos en la renegociación del TLCAN, más asienta que las autoridades federales del vecino país del norte muestran ahora una mejor disposición de la que tenían hace un año, y afirma que ello se debe al esfuerzo hecho por congresistas progresistas de los tres países, señaló además que resulta necesario que en la renegociación del TLCAN se incluyan nuevos capítulos que se adapten a las necesidades actuales del mercado entre los tres países de América del Norte, señalando entre los nuevos temas a los del sector energético y el comercio electrónico.
Ha trascendido por voz de Guajardo Villarreal que el Gobierno de México presentará una propuesta en reglas de origen para autos en la séptima ronda de la renegociación del Tratado TLCAN que se realizará en la Ciudad de México a partir del 25 de febrero, al parecer ya dialogada con los negociadores canadienses más sin luz clara sobre el punto de vista de los del gobierno del vecino país del norte.
Al respecto, el jefe de la negociación técnica para la modernización del TLCAN, Kenneth Smith, anticipó que la séptima ronda de renegociación, que se llevará a cabo en la Ciudad de México entre la última semana de febrero y la primera de marzo, va a ser muy difícil, según dijo, porque van a tratar de cerrar varios de los capítulos de modernización abordados y a llegar ya a tocar fondo en la discusión de los temas más complicados y controversiales, como el relativo a las reglas de origen de los componentes de los automóviles ensamblados en la región norteamericana, que el Gobierno del vecino país al norte busca elevar de 62.5 a 85 por ciento y, aparejado a esto, que 50 por ciento de esa proporción corresponda a productos de ese país. Esa séptima ronda de renegociación y concluirá el 5 de marzo.
No se prevé que se toque el tema de los salarios, recordando que ha sido un tópico reclamado por el Gobierno que encabeza el patán y palurdo mercader neoyorquino sicofante de la política llamado Donald Trump quien para infortunio del mundo es desde el pasado 20 de enero de 2017 el Presidente de Los Estados Unidos de América, tema que en el sector productivo mexicano no interesa que se analice pronto. La ronda no será culminante y habrá seguramente otras dos al menos antes de la elección federal del primer domingo de julio próximo en México.
@salvadorcosio1
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