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DESAZOLVE #CARENCIAyESTIGMA

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Por: Salvador Cosío Gaona

Hay algunas similitudes entre las circunstancias que enfrenta Alfredo del Mazo Maza el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno del Estado de México, entidad gobernada por ese partido desde hace 88 años, con las que tenía en el proceso electoral del año 2000 el entonces candidato del PRI a la Presidencia de la República Francisco Labastida Ochoa, quién perdió en esa elección presidencial constituyéndose como el primer abanderado priista en ser derrotado en unos comicios de esa naturaleza y por ende en la primera elección presidencial que ha perdido el PRI contra el panista Vicente Fox Quezada.

Tanto Alfredo Del Mazo Maza como Francisco Labastida son considerados candidatos opacos y faltos de atractivo popular, además que aunado a sus características personales carentes de lo que llaman carisma, tanto el mexiquense Del Mazo como el sinaloense Labastida Ochoa son víctimas del hartazgo social en relación al descrédito y falta de apreciación social hacia los gobernantes en turno, a quienes habrían de suceder, por lo que, así como perdió Labastida la Presidencia en el 2000 como abanderado del tricolor buscando suceder al entonces gris Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, Alfredo del Mazo Maza está en la gran posibilidad de perder la elección en el Estado de México en el que aspira a ser el sucesor del también gris Eruviel Ávila Villegas.

Además de la falta de atributos personales que lo hacen un candidato poco atractivo, el gran problema del candidato a Gobernador Alfredo Del Mazo Maza es el desprestigio de Enrique Peña Nieto y el hecho de que el Primer Mandatario sea su paisano y también su pariente al ser su primo.

En ese año 2000, por primera vez en sus 71 años de vida el PRI mordió el polvo, el hasta entonces partido político más antiguo del mundo ejerciendo un poder nacional, resultaría derrotado en la elección presidencial ante el candidato opositor, el postulado por el Partido Acción Nacional (PAN) Vicente Fox Quesada y la volvería a perder en la elección del año 2012 cuando le fue entregada al también panista Felipe Calderón Hinojosa; en ese contexto, es como en este año 2017 habrá elección local en el Estado de México, la entidad de mayor cantidad de electores y recursos económicos, que es el lugar de origen de uno de los grupos más fuertes del priismo, el grupo Atlacomulco al que pertenece la dinastía Del Mazo.

Y ahora ahí y así las cosas, Alfredo del Mazo Maza es el primer priista que, como Labastida en 2000, carece de certidumbre sobre su triunfo en una demarcación en la que el PRI había ejercido, hasta ahora, un poder hegemónico.

La similitud más importante es que, a pocos meses de la elección, hay bastante conciencia para pensar entre los propios equipos de los candidatos, entre los candidatos, las autoridades electorales, la prensa, una buena parte del electorado, de que puede perder el candidato del PRI.
Hay incertidumbre, porque tampoco es un hecho que vaya a perder, como no lo era tampoco en la elección de Labastida. No hay convicción de que va a ganar el PRI, de que a lo mejor la oposición, puede que ser que con poco o menos, gana posiciones pero no puede ganar la principal contienda; en este caso, creo que hoy, como hace casi 20 años, esto es muy parecido.

En este contexto también hay mucha expectativa de sacar al PRI de la casa de Toluca; expectativa de que un partido hegemónico, en una entidad en la que nunca ha perdido, pareciera que este año pudiera sufrir su primera derrota.

De 41 años y primo del Presidente Peña Nieto, Del Mazo Maza es el más reciente aspirante a Gobernador de una red familiar y política que ha encabezado el Ejecutivo de esta entidad por casi 20 años, considerando que entre 1945 y 1961 fue Gobernador su abuelo Alfredo del Mazo Vélez y, de 1981 a 1986 lo fue su padre Alfredo del Mazo González, que también se desempeñó como Secretario de Energía en el gabinete del Presidente Miguel de la Madrid Hurtado. Huelga destacar que es su primo el actual Presidente Enrique Peña Nieto, hijo de Enrique Peña del Mazo, que antes de ocupar la Primera Magistratura de la Nación gobernó la entidad entre 2005 y 2011.

El resto de la red familiar vinculada con Del Mazo Maza y que participa en política, lo forman Arturo Montiel, ex Gobernador entre 1999 y 2005 y, a su vez, tío de Peña Nieto; sus hermanos Adrián del Mazo Maza, director general de Autotransporte Federal en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, y Alejandro Del Mazo Maza, titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Su prima Carolina Monroy del Mazo, por su parte, fue ex secretaria general del PRI.

Fuera de esta red de parentesco, Del Mazo Maza carece de mayores méritos políticos, ya que por más que ha sido Alcalde de Huixquilucan y Legislador Federal, su trayectoria está básicamente ligada a su fortaleza familiar.

Y como de Labastida Ochoa quedó el reclamo que le hizo a Vicente Fox durante un debate televisivo -«me ha llamado chaparro, me ha llamado mariquita, me ha dicho lavestida”–, en esta campaña uno de los videos más populares de Del Mazo Maza es donde muestra no saber que el PRI gobernó Netzahualcóyotl en 2011.

Cada una de estas dos elecciones históricas, sin embargo, dicen analistas, tiene “su propia narrativa” y, en cada caso, si bien por primera vez hay competencia y el tricolor enfrenta un amplio desprestigio, las causas son distintas, ya que en 2000 el PRI enfrentaba a un candidato de oposición muy fuerte, Vicente Fox Quesada y que a la postre resultó ganador, con una estructura de movilización de votos más fuerte que la que puede tener cualquier partido opositor en el Estado de México.

También los partidos de oposición viven ahora, como el PRI, una crisis de credibilidad que no era tan grave a principios de siglo, crisis generalizada que a su vez es la causa de lo estrecho de la competencia en el caso mexiquense, a la que se le agrega el desprestigio del Gobierno del Presidente Peña Nieto.

Ninguno de los partidos de oposición ha tenido auténtica presencia, partidariamente; en términos de organización no son fuertes como para disputar la gubernatura. Si ahora lo hacen no es porque hayan crecido: es porque hay un tremendo desprestigio del PRI. El hecho de haber regresado el PRI a la Presidencia despertó expectativas muy fuertes, y se le añade que el Gobierno de Peña Nieto ha tenido un desempeño que ha generado el más amplio rechazo social.

También en el contexto está la semejanza del descrédito que vive el PRI en cada elección, pero cuyos motivos son diferentes. Si bien en 2000 el PRI enfrentaba la carga histórica de lo que se suele llamar «la conclusión de un proceso de transición a la democracia”, en 2017 el principal lastre del PRI es el desprestigio de la administración del Presidente Peña Nieto. Nunca antes ha habido un Presidente de la República con tan bajos niveles de aprobación, ni priista ni no panista, ni antes había sido tan claro el ‘desalineamiento’, el abandono de electores leales al PRI”.

En el Estado de México, la oposición al PRI no es que sea más fuerte o que haya alcanzado mayores números de militantes; el problema del Estado de México tiene que ver con el desprestigio del Gobierno federal, y el hecho de que el Presidente que encabeza ese Gobierno sea del Estado de México. El desprestigio de Peña Nieto está afectando indudablemente al PRI en general y, en particular, al Estado de México.

Además de la marca que le quedó al Gobierno del actual Presidente por la investigación periodística que reportó que uno de sus amigos y contratistas, el empresario Juan Armando Hinojosa Cantú, le había financiado mansiones a él y a su funcionario más cercano, Luis Videgaray Caso, Peña Nieto enfrenta ahora el recuerdo de su elogio a un grupo de ex mandatarios prófugos de la justicia: “Tú observas hoy los gobernadores de la gran mayoría de las entidades son jóvenes o actores de la nueva generación política: el Gobernador de Quintana Roo, Beto Borge; el Gobernador de Veracruz, Javier Duarte; César Duarte, Gobernador de Chihuahua…”, dijo Peña Nieto en mayo de 2012, en una entrevista de televisión, cuando se le pidió poner nombres a su afirmación de que el partido se estaba renovando.

En 2016, sin embargo, los tres eran sujetos de señalamientos de corrupción y endeudamiento de finanzas públicas y, en las tres entidades, el PRI perdió las elecciones estatales; en el caso de Veracruz y Quintana Roo, además, por primera vez en su historia. Las órdenes de aprehensión giradas en contra de Duarte de Ochoa y Duarte Jáquez están también en el contexto de la elección mexiquense, y el impacto del arresto del veracruzano sobre la campaña de Del Mazo ha sido sujeto de especulación política.

La relación de Del Mazo con este grupo de priistas señalados, sin embargo, se observa no sólo en su parentesco con el Presidente Enrique Peña Nieto, sino también en su desempeño como director, entre 2012 y 2015, del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), clave en el financiamiento de las entidades federativas y dependiente de la Secretaría de Hacienda, entonces encabezada por Videgaray Caso.

Desde esa posición, de acuerdo con el contrato DAGA/13/2013, Del Mazo Maza otorgó al empresario Juan Armando Hinojosa –además patrocinador de la campaña de Peña Nieto, coordinada por Videgaray– un contrato por 10.7 millones de pesos para que su empresa Eolo Plus le diera servicio de taxi aéreo. Un año después, de acuerdo con un reporte de la cuenta pública del Gobierno del Estado de Chihuahua, Banobras emitió cuatro créditos a favor del entonces Gobernador César Duarte Jáquez, por cuatro mil 285 millones de pesos. Los préstamos habían sido generados gracias a la creación del Fideicomiso Maestro Irrevocable de Administración y Fuente de Pago 152, firmado por el ex mandatario chihuahuense hoy prófugo y la Casa de Bolsa Evercore, fundada por el ex Secretario de Hacienda Pedro Aspe Armella y antiguo lugar de trabajo de Videgaray Caso.

Ese mismo 2014, de acuerdo con un boletín difundido por el Instituto Técnico para el Desarrollo de las Haciendas Públicas, la dependencia encabezada por Del Mazo Maza también otorgó a Duarte Jáquez una garantía de Pago Oportuno que, indica la fuente, permitió al chihuahuense una “mejora en sus calificaciones” crediticias.

“En 2014 se contrató una Garantía de Pago Oportuno (GPO) con Banobras para los créditos que se encuentran en el fideicomiso F/0152, el cual tiene afectado el 56.98 por ciento del Fondo General de Participaciones del Estado”, dice un boletín de la calificadora HR Rating publicado en noviembre de 2015 que decía: «El Estado de Chihuahua, Evercore Casa de Bolsa y Banobras realizaron la firma del contrato de Garantía Parcial, Incondicional e Irrevocable con el fin de cubrir cualquier insuficiencia de pago a los acreedores de los créditos que cuentan con esta garantía, incluyendo intereses y montos de principal insolutos. Con la contratación de esta garantía a los financiamientos inscritos en el Fideicomiso F/0152, se obtuvo una mejora en sus calificaciones crediticias y por lo tanto una disminución en la sobretasa para el cobro de intereses”.

En suma, Del Mazo Maza carga la cruz de ser parte de una estirpe desprestigiada y además de ser abanderado de un partido degradado socialmente y pretende suceder a un gobernador de escaso prestigio.

Las expectativas de triunfo para el PRI en el Estado de México son inciertas pero aún sea breves pueden decirse que débilmente pero aún existen, ya que aún empobrecido o desacreditado el PRI tiene de su parte el cúmulo de recursos financieros de la Federación y del propio Estado, con gobernantes priístas que además tienen la capacidad de ejercer el poder político con el peso que ello conlleva para poder presionar al electorado.

Enrique Peña Nieto es muy terco y aunque está inmerso en un momento crítico y parece a punto del colapso, no parece cambiar su estrategia que lo está llevando al barranco junto con el país y su partido. Atrás quedó la imagen jactanciosa que destilaba optimismo y presunción de éxito como cuando siendo aún Gobernador del Estado de México, más que dedicarse a gobernar dejaba esa función en su grupo de colaboradores para dedicar gran parte de su tiempo a hacer labor de promoción a su aspiración presidencial, realizando periplos por diversos lugares del país a efecto de impulsar su posicionamiento personal en las más importantes ciudades de la República para al mismo tiempo acudir a respaldar las tareas de su partido el Revolucionario Institucional (PRI) operando en favor de quienes quería encajarlos como abanderados a las gubernaturas que estarían en juego en procesos subsecuentes y posteriormente apoyarlos política y financieramente, aprovechándose en forma abusiva de su condición política y de los numerosos recursos financieros a su alcance como poderoso gobernador de una entidad con amplio manejo presupuestal.

Y es que tras la aplastante derrota en la elección federal de 2006, que provocó que por segunda ocasión dejasen en manos del Partido Acción Nacional (PAN) la Presidencia de la República, Peña Nieto era un activo para los líderes de los diversos grupos que convivían y por ende operaban compartiendo el control de las estructuras sectoriales y territoriales del PRI, encumbrándole desde la gubernatura del Estado de México a la candidatura presidencial para la elección de julio del 2012, pero al paso del tiempo y tras poco más de cuatro años de transcurrido el sexenio, ahora ya muchos priístas buscan deslindarse de él y está creciendo la rebelión al seno del PRI, forjándose movimientos a nivel nacional y en diversas regiones del país, tendientes a evitar que Peña y su grupo más cercano de colaboradores puedan imponer por dedazo al próximo candidato presidencial y que, así, resulte prácticamente un aspirante nacido para perder.

Lo cierto es que Peña Nieto luce mal, se advierte demacrado y con el ánimo por los suelos, está irascible y extremadamente sensible, con actitudes que denotan que está en la etapa más descompuesta del ejercicio del poder, inmerso en la depresión política y perdido en cuanto a la ruta para continuar encarando la recta final de su administración, esa que ya muchísimos mexicanos queremos que culmine.

La imagen de Peña ha vuelto a generar la inquietud sobre su salud física y mental, además que se advierte sumamente perdido en cuanto a la brújula por aquello de saber el camino y también se nota carente de la serenidad con la que debe conducirse un Primer Mandatario, ya que es innegable que afloran en él expresiones y actitudes apartadas de como debería comportarse un Jefe de Estado, pareciendo más un político de arrabal.

Peña Nieto se queja que no le aplauden, vulgar y llorón afronta al pueblo cuestionando qué es lo que acaso podrían hacer los ciudadanos en circunstancias difíciles como las que debería estar preparado para enfrentar, siendo él incapaz de resolverlas como gobernante, recodemos aquello de: ‘¿Y ustedes que harían?’, pasando por el: ‘¡ya sé que no aplauden!’, pero ahora ya incluso se ha atrevido a ofender vulgarmente al pueblo diciendo que: ‘nada les parece y no hay chile que les embone’, expresión procaz del más bajo nivel, quejándose en relación a que según su percepción existe incomprensión hacia su acción de gobierno, la que él considera aceptable a pesar que para la gran mayoría de los mexicanos es mucho muy deficiente en cuanto a resultados.

Siendo candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto aseguró que quienes eran en esa época los Gobernadores de Chihuahua, César Duarte Jáquez; de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, y de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, que accedieron al encargo postulados por el PRI pero apoyados política y económicamente por él desde la gubernatura del Estado de México, eran sin duda «el mejor ejemplo del nuevo y fresco rostro del priísmo» pero la forma en que desempeñaron su mandato dicta una enorme diferencia entre lo que se presumía entonces como lo mejor a sucederle a sus entidades y el cómo están derruidas a casi 5 años de esa época, pues aparecen en la cúspide de todos los indicadores negativos de los que lleva registro la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), especialmente en cuanto al cúmulo y calidad del endeudamiento público y la forma en que están comprometidos a mediato y largo plazo sus recursos, con un gran desfalco de su presupuesto.

Como sabemos, el veracruzano Javier Duarte de Ochoa está detenido en vías de posible extradición desde la hermana República de Guatemala, acusado de varios delitos graves que tienen que ver con abuso de poder, desviación de recursos públicos, peculado, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y asuntos ligados a la criminalidad organizada, con el agravante en cuanto a que seguramente pasará mucho tiempo para que el famoso ‘JAVIDU’ pueda estar en territorio mexicano, además que ha sido muy criticado el que las autoridades mexicanas hayan dejado impune a la esposa de Javier Duarte de nombre Karime Macías Tubilla a quien no le imputaron causa penal alguna y le permitieron irse tranquilamente a Londres a disfrutar mucho del dinero que le robó a los veracruzanos y a los mexicanos, ya que mucho de esos recursos obtenidos ilegalmente tienen componente presupuestal federal.

Por motivos similares a los que se está encarcelando a Javier Duarte son por los que el chihuahuense Cesar Horacio Duarte está prófugo de la Justicia mexicana, huyendo y supuestamente viviendo en Texas, sin poder dejar de advertir que el exGobernador de Quintana Roo Borge Angulo está sujeto a indagatoria penal pero aún libre y según se dice, provocando violencia en su entidad como estrategia para evitar sean capturados sus cómplices y pueda llegarle lumbre a sus aparejos, ya que cada vez que se realizan investigaciones o se pretende inculparlo, se suscitan actos violentos en esa entidad.

En junio del pasado 2015, el PRI perdió en 9 de las 14 entidades en las que se efectuaron elecciones entre ellas las gobernadas por esos tres mandatarios que Peña había destacado como el ejemplo del ‘nuevo rostro’ del PRI, siendo claro que esas derrotas fueron causadas tanto por la mala imagen del régimen presidencial como mayormente por los profusos señalamientos de graves actos de corrupción perpetrados por esos nefastos mandatarios o su equipo.

De cara a la elección local del próximo 4 de junio, por primera vez en la historia el PRI llega muy disminuido y con expectativa de una derrota en el Estado de México, que es el mayor bastión electoral de ese instituto político y origen del Presidente Peña Nieto, pues llega arrastrando el descrédito por esos ex gobernadores prófugos, bajo proceso o incriminados por la justicia, además con señalamientos hacia varios otros ex mandatarios estatales y por el rechazo del 93% de la población hacia Peña Nieto, en picada desde que en el año 2014 se difundió que vivía en una residencia financiada por el empresario Juan Armando Hinojosa, Propietario del Consorcio Empresarial HIGA y ostensiblemente uno de los principales contratistas gubernamentales para Peña cuando era Gobernador del Estado de México y ahora también desde que es Presidente de México.

De acuerdo con análisis y encuestas publicadas, el descrédito presidencial sitúa al PRI en el tercer lugar de la contienda por la Presidencia de la República a disputarse en 2018 y en la posibilidad de ser derrotado en todas las elecciones estatales del próximo 4 de junio a efectuarse en el Estado de México, Nayarit y Coahuila.

Mas el tema de los exgobernadores corruptos no es el mayor lastre para el PRI en cuanto a esos próximos comicios locales, dado que salvo el caso de Nayarit en el que el Tricolor sufrirá un mayor impacto por la reciente detención de Édgar Veytia Cambero el ahora ya ex Fiscal General nayarita que fue detenido recientemente en Los Estados Unidos de América acusado desde ese país vecino de delitos graves ligados a narcotráfico, lavado de dinero, enriquecimiento ilegítimo, delincuencia organizada y otros más, lo cierto es que el mayor impacto negativo proviene del “desprestigio genérico» que rodea al Gobierno federal y especialmente a Peña Nieto, con más amplia incidencia en cuanto al Estado de México ya que el candidato a la gubernatura Alfredo del Mazo Maza, a quien además de la mala imagen personal y el desgaste del actual gobierno estatal a cargo de Eruviel Avila, le afecta mucho más el que se le estigmatice como alguien tan cercano a Peña, de quien es su primo y ello es una pesada loza en su espalda que le acarrea mucho voto en su contra.

Sobre Enrique Peña Nieto pesan cada vez más sus errores y escándalos ligados a corruptelas, los que siguen surgiendo y causando mayor daño a las instituciones y al PRI, tales como los sobornos y desfalco provocado a varias naciones por la constructora brasileña Odebrecht, asunto en el que se liga al ex director de Petróleos Mexicanos (PEMEX) Emilio Lozoya Austin y que podría generar más estiércol incluso a nivel presidencial, al igual que el turbio asunto de los contratos multimillonarios tachados de ilegales, otorgados a la empresa española OHL, entre otros, en los que además campea la cínica impunidad.

Lo cierto es que parece ser aquello que algunas veces han reiterado medios impresos de comunicación internacionales, cuando afirmaron: ‘Peña no entiende que no entiende’ y quizá no entenderá pronto, tal vez tras la elección local en Nayarit, en Coahuila de los Moreira y en el Estado de México, o tal vez nunca y se empecine en seguir conduciendo al país y a su partido al margen de lo que debería ser, en forma sensata, pero actuando y tratando de recomponer el camino.

@salvadorcosio1
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Periodista, resignado Atlista, enamorado de mi ciudad y de mi Estado. De L a V en punto de las 7am al aire @1070noticias http://bit.ly/oYJFU2