Por: Salvador Cosío Gaona
De manera candente arrancó el martes el polémico juicio de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”. Su abogado Jeffrey Lichtman le aseguró al jurado que el verdadero jefe del cártel de Sinaloa es Ismael “el Mayo” Zambada, que nunca pasó un día en prisión y sigue prófugo, y que ha pagado “al actual y al anterior presidente de México… millones de dólares en sobornos”, señalamientos que de inmediato fueron desmentidos por los aludidos. No obstante, las temerarias acusaciones del abogado deben tener a no pocos personajes poniendo sus barbas a remojar.
Jeffrey Lichtman, ha declarado ante la corte que el cártel de Sinaloa pagó millonarios sobornos al actual presidente de México, Enrique Peña Nieto, y a su antecesor Felipe Calderón. Casi de inmediato, el ex presidente panista apareció en redes sociales para, de manera tajante, calificar de falso lo dicho por Lichtman: “Son absolutamente falsas y temerarias las afirmaciones que se dice realizó el abogado de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán. Ni él, ni el cártel de Sinaloa ni ningún otro realizó pagos a mi persona”.
De igual forma y utilizando la misma vía, el vocero del gobierno de México, Eduardo Sánchez, publicó un mensaje negando la acusación. “El gobierno de @EPN persiguió, capturó y extraditó al criminal Joaquín Guzmán Loera. Las afirmaciones atribuidas a su abogado son completamente falsas y difamatorias”.
EN 2001, Joaquín Guzmán Loera, escapó del penal federal de Puente Grande, oculto en un carrito de lavandería, con la ayuda del director de esa prisión. Fue recapturado y volvió a escabullirse, esta vez de la prisión del Altiplano; para ello utilizó el túnel de un kilómetro de longitud que le construyeron de manera expresa para su segundo escape que logró a bordo de una motocicleta que su gente le dejó a la salida. Tras una ardua persecución, fue capturado nuevamente en enero de 2016 y ya no pudo escapar.
El Chapo Guzmán está acusado de liderar el cártel de Sinaloa y convertirlo en la mayor organización criminal del planeta con el envío de más de 155 toneladas de cocaína a Estados Unidos durante 25 años. La fiscalía, que prepara el caso desde hace años, asegura que el imperio criminal del Chapo, con tentáculos en América, Asia y Europa, facturó unos 14,000 millones de dólares. Las autoridades nunca pudieron incautar un peso.
El presunto narcotraficante se ha declarado inocente, pero el gobierno ha presentado montañas de evidencia: más de 300,000 páginas de documentos y al menos 117,000 grabaciones de audio, más centenares de fotos y videos.
Se estima que su proceso podría durar más de cuatro meses, tiempo en que el jurado deberá decidir si el Chapo, de 61 años de edad, a quien presuntamente se le considera el mayor narcotraficante del mundo tras la muerte del colombiano Pablo Escobar, es culpable o no de 11 delitos de tráfico y distribución de droga, posesión de armas y lavado de dinero. Delitos que podrían acarrearle una condena de cadena perpetua.
De acuerdo a un trabajo de la revista Proceso, el equipo legal de Guzmán se ha quejado de que las condiciones de aislamiento y la enorme cantidad de evidencia proporcionada por el gobierno a través del proceso de indagatoria lo han despojado de su derecho a un juicio justo. Tan solo en las últimas semanas, los fiscales le han entregado a la defensa 14,000 nuevas páginas de documentos, muchas de ellas en español. Se dice que los documentos proporcionan detalles sobre algunos de los 33 asesinatos de los que se acusa a Guzmán. Se quejan que en su experiencia en conjunto jamás habían presenciado algo así. Más de una vez, han descrito el proceso como “un juicio de emboscada”.
Dio su única declaración pública en marzo cuando le escribió una carta al juez Brian Cogan que inició con la frase magistral: “Señor juez, yo, Joaquín Guzmán Loera, quiero exponerle los problemas que tengo con respecto a mi proceso”. Guzmán le contó al juez que no había visto a su esposa —la exreina de belleza Emma Coronel Aispuro— en más de un año. También señaló que extrañaba a sus hijas gemelas, que tenían 6 años en ese entonces.
A principios de noviembre, al parecer por extrañar a su familia, El Chapo hizo que sus abogados presentaran una moción al juez Cogan pidiéndole, como “gesto humanitario”, que le permitieran abrazar a su esposa en el tribunal justo antes de que empiece el juicio.
Aunque el juez Cogan escribió que sentía “empatía”, señaló que un abrazo conyugal, por breve que sea, pondría en riesgo la seguridad del tribunal justo en momentos en que la “motivación de escape” de Guzmán sería “particularmente fuerte”.
El miércoles tocó testificar ante el juez a Jesús «el Rey» Zambada García en el juicio contra Joaquín «El Chapo» Guzmán, al que señaló como uno de los líderes principales del cártel de Sinaloa y explicó cómo en una ocasión le ayudó a escapar de las autoridades mexicanas.
«El Rey», que fue detenido en México en 2008 y posteriormente extraditado a Estados Unidos, es hermano de Ismael «el Mayo» Zambada, a quien la defensa de Guzmán señala como el verdadero cabecilla del cártel de Sinaloa.
Se menciona que artistas y deportistas también serán citados a declarar. Así que este proceso promete tener a propios y extraños muy atentos en su seguimiento. Si en su primer día el abogado defensor acusó de recibir sobornos a un ex presidente y al actual presidente de México (que inmediatamente salieron a deslindarse) nos da una Luz de que saldrán muchos nombres, organizaciones, empresas y personajes presuntamente involucrados. Sin duda, ha comenzado ya la verdadera serie de “El Chapo” que tiene el éxito garantizado y en tiempo real.
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