Por: Luis Alberto Barajas
Experto en ventas B2B y Networking empresarial
Una de las decisiones más difíciles que he tomado en toda mi carrera profesional, fue emprender mi propia firma de consultoría en el año 2009. En ese entonces trabajaba como Gerente del área comercial de una empresa dedicada a la comercialización de tecnologías de información, específicamente en escuelas. Fui contratado para mejorar los resultados de la fuerza de ventas y con ello romper una larga sequía de logros comerciales en el negocio.
Antes de entrar a trabajar en esta última organización, fui despedido de una empresa de software en la que trabajé cinco años. Cabe mencionar que durante esta experiencia intenté emprender un negocio al mismo tiempo que laboraba, pero fracasé. Emprendí sin dejar la seguridad de mi empleo por una simple y sencilla razón: miedo a fracasar mi emprendimiento. Esta salida forzada me dolió mucho puesto que a mi entender había hecho todo lo humanamente posible por sacar adelante el equipo y lamentablemente no fue suficiente para la dirección. En ese entonces mi mente operaba desde el victimismo y no el protagonismo, es decir, pensaba que mis resultados eran debido a lo que otros hacían o dejaban de hacer. Con ese cuento viví mucho tiempo y por ende en esta nueva oportunidad laboral tomé una decisión muy importante que cambió la vida de muchas personas más adelante: comprometerme a dar toda mi energía y conocimientos a mi fuerza de ventas para poder sacar adelante este nuevo reto.
Así lo hice durante varios meses de trabajo, capacité, acompañé y desarrollé a mi equipo comercial, semana tras semana hice lo que nunca había hecho antes: tomé la responsabilidad de mi propio resultado a través de los demás, digamos que ejercí mi liderazgo en su máxima posibilidad. Los éxitos no se hicieron esperar y poco a poco empecé a encontrarlos, la motivación, el compromiso, la transformación de todos y cada uno de los ejecutivos a mi cargo comenzó a suceder. El problema más importante llegó cuando mi jefe y yo comenzamos a tener diferencias en relación a nuestros principios y modo de gestionar los negocios, el alto grado de estrés que sufrí, me llevó un día a amanecer en el hospital con una crisis hipertensiva. Con mi esposa temblando de miedo y preocupada por mi salud, fui declarado oficialmente hipertenso, por lo que empecé a tomar una pastilla diaria para controlar mi salud “por el resto de mi vida”.
Después de ver la preocupación de mi esposa, tener un dolor constante en mi pecho, ansiedad por no lograr los resultados inmediatos que mi jefe esperaba, me llegó un pensamiento que cambió por completo el rumbo de mi vida: qué caso tiene seguir aquí si lo único que estoy generando es un daño a mi salud. Al mismo tiempo el universo conspiró y llegó a mis manos el libro “El monje que vendió su Ferrari”. Después de leer aquella parte del libro que dice: “nuestra mente es como un jardín en el que si le avientas aceite tenderá a morir pero que, si lo cultivas y cuidas con el abono de los pensamientos positivos entonces florecerá de por vida”, tomé una decisión que me costó muchísimo miedo: emprender mi propia firma de consultoría comercial. Fundar mi firma y vivir de ella se encontraba por supuesto del otro lado del miedo. Agradezco a mis socias y a todas las personas que me ayudaron a arrancar este proyecto puesto que por medio de mi equipo he ayudado a muchos empresarios a generar más de 4,000 millones de pesos en ventas durante los diez años de existencia de la misma.
Antes de postergar cualquier decisión por miedo, te recomiendo que revises estos pasos:
• ¿Qué es lo peor que puede pasar? Esto me preguntaba antes de emprender y solo me contestaba: si no funciona, entonces regreso a buscar empleo como encargado comercial, todo mundo sabe que hay vacantes todo el tiempo en cualquier lugar del mundo. De hecho, como emprender equivale a vender, seguramente tomaré mucha experiencia en el camino que me servirá para encontrar un mejor empleo que el anterior, así que no hay pierde.
• ¿Cuánto tiempo necesito para cobrar mi primer cheque sin morir de hambre?En mi caso, determiné cuanto tiempo podía esperar sin obtener ningún tipo de ingreso (agradezco a mi esposa por su apoyo moral y económico en esa etapa) y calculé un total de tres meses. Así que mi plan fue simple: conseguir un crédito para pequeñas empresas para operar al menos tres meses (si no, ahí está mi tarjeta de crédito que no se raja) y extender mi tiempo sin ingresos al menos a seis. Pensé que era imposible no vender un proyecto de consultoría en seis meses si ya sabía todo lo que tenía que hacer, simplemente tenía que hacer todos los días un gran esfuerzo. Estaba convencido que el nivel de estrés que iba a tener por buscar esa primera venta sin desfallecer era un 10% del estrés que tenía en mi ultimo trabajo, así que por mi salud y por mi familia iba a darlo todo para obtenerlo todo.
• Mis amigos no me pueden apoyar con dinero, pero si con referidos: con esa idea en la mente, empecé a mover mis relaciones personales como nunca antes y a pedir referidos por aquí y por allá. Pensaba que a cada referido que me dieran (aunque no le vendiera nada), le podría pedir otro referido y así sucesivamente, no había forma de fallar si a todo mundo que conociera le pedía un referido.
En conclusión, hoy estamos entrando a un mundo lleno de incertidumbre, de miedo para seguir emprendiendo o para iniciar un nuevo negocio. La vida te va a dar muchos momentos similares, la gran pregunta que te tienes que hacer es: ¿qué otras señales necesito que el universo me de para poder empezar a dedicarme a lo que realmente me hace feliz? En mi caso ya lo sabes, una crisis hipertensiva, un despido y mucha ansiedad lo hicieron. Tal vez para ti llegó el COVID y un despido “injustificado” para poder volverte a poner de pie y de una vez por todas iniciar con toda la energía un nuevo proyecto. Es momento de reinventarte, poner de nuevo sobre la mesa tu pasión, entender que solo haciendo lo que más nos gusta tendremos la gasolina emocional suficiente para empujar el resultado.
No sé si has pensado que el mejor momento para emprender desde la pasión un nuevo proyecto es este, puesto que, si a pesar de la adversidad tu proyecto sobrevive, entonces por fin comenzarás a vivir y te convertirás en protagonista de tu destino de una vez y para siempre.
Te reconozco con un fuerte aplauso por llegar al final de este artículo
Espero que también decidas ir al otro lado del miedo emprendedor y si no, cuéntame ¿cómo te puedo ayudar? Escríbeme a [email protected]