Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, afirmó que la Iglesia católica es una «dictadura perfecta» por no permitir que la mayoría de los católicos elijan al Papa y al resto de sus autoridades.
En la Iglesia «todo es impuesto, es una dictadura perfecta, es una tiranía perfecta», afirmó el mandatario, en medio de las tensas relaciones que su gobierno tiene con la iglesia católica.
Si van a ser democráticos que empiecen a elegir con el voto de los católicos al papa, a los cardenales, a los obispos», agregó durante una alocución en cadena nacional.
Las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno de Ortega se deterioraron en 2018, cuando varios templos abrieron sus puertas para refugiar a los manifestantes heridos durante las protestas contrarias al mandatario que fueron duramente reprimidas.
El gobierno sostiene que estas manifestaciones fueron parte de un intento de golpe de Estado promovido por la oposición con el apoyo de Washington y del cual los obispos fueron cómplices.