Un grupo de 40 países -entre ellos Alemania, Chile, Estados Unidos, Francia, México, Perú, Estados Unidos o Uruguay- reclamaron hoy que se reduzcan los 500.000 millones de dólares que los gobiernos destinan anualmente como subsidios a los combustibles fósiles.
Retirar esos apoyos «reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero en un 10 % para 2050» y «liberaría recursos para invertir en capitales como la educación, la sanidad o las infraestructuras», según la declaración de esta alianza, que también suscribieron Canadá, Italia, Malasia, Marruecos, Holanda, Filipinas, el Reino Unido o Samoa.
El texto, presentado en el marco de la cumbre del clima de París (COP21), agrupa también a «cientos de organizaciones empresariales de influencia internacional» y a corporaciones que emplean a «dos millones de personas en todo el mundo» e instituciones como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) o el Banco Mundial.
«Los países tienen que demostrar, con acciones y políticas concretas, que van en serio en la lucha contra el cambio climático. Reformar el dañino apoyo a los combustibles fósiles es un buen punto de partida», indicó la Secretaría General de la OCDE en un comunicado.