Por: Verónica Juárez Piña
Luego de tres intentos, la Cámara de Diputados eligió la Mesa Directiva que presidirá los trabajos del segundo año de actividades de la LXIV Legislatura, con lo que se desactiva la crisis provocada por Morena que pretendía reelegirse en la presidencia argumentando que por ser mayoría tenía derecho a hacerlo, violando con ello la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.
El numeral 7 del Artículo 17 de la citada ley establece que: La elección de los integrantes de la Mesa Directiva para el segundo y tercer año de ejercicio de la Legislatura, se llevará a cabo durante la sesión preparatoria del año de ejercicio que corresponda, garantizando que la presidencia de la Mesa Directiva para tales ejercicios recaiga, en orden decreciente, en un integrante de los dos grupos parlamentarios con mayor número de diputados que no la hayan ejercido…
Sin embargo, se pretendía incumplir este precepto impulsando una iniciativa que proponía que la mayoría parlamentaria presidiera la Mesa Directiva durante los tres años de la actual legislatura.
Los grupos parlamentarios del PAN, PRI, MC y PRD, nos opusimos a esta iniciativa al considerar que esta propuesta vulneraba no sólo la norma, sino que implicaba un desconocimiento de la pluralidad en el Congreso de la Unión y la afectación al derecho de las minorías parlamentarias establecidos en los principios de proporcionalidad e inclusión que señala la Ley Orgánica.
Al respecto, reitero lo que señalé el 1° de septiembre en ocasión del Primer Informe de Gobierno. Cuestioné en tribuna las prácticas de quienes se dicen demócratas pero atentan contra el pluralismo, imponiéndose y lesionando la democracia parlamentaria que, como un trabajo de construcción de unidad, hemos edificado.
Quienes lucharon contra el avallasamiento de la mayoría, por la defensa de la pluralidad y el reconocimiento de las minorías, ahora protagonizan imposiciones y legislan a modo. Se parecen tanto al régimen que ofrecieron transformar.
Gracias a esta intransigencia se generó una crisis con las demás fuerzas políticas, que tuvimos que pelear por el cumplimiento de nuestros derechos y la legalidad para reestablecer la legitimidad en este órgano legislativo.
A pesar de las presiones, Morena no desistió, al contrario, desplegó una campaña de descalificación en contra de la oposición, al grado de tildar de Nazi a una de las propuestas del PAN para ocupar la presidencia.
Por esta actitud soberbia, el conflicto escaló en la sesión del 3 de septiembre cuando el Grupo Parlamentario de Morena promovió una nueva iniciativa que permitiría la reelección del Diputado Porfirio Muñoz Ledo en la Mesa Directiva.
Al final, este desistió no por los cuestionamientos, sino a petición del Ejecutivo Federal y de la Secretaria de Gobernación, quienes advirtieron de los riesgos que implicaba la violación a la ley y el desgaste que esta necedad estaba generando al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, la fracción de Morena puso condiciones y advirtió que vetaría cualquier diputada o diputado que “haya insultado a Porfirio Muñoz Ledo o al Presidente Andrés Manuel López Obrador”, y en tres ocasiones rechazó en el pleno las listas de integración de la Mesa Directiva.
Finalmente, fue electa la Mesa Directiva, que presidirá la diputada panista Laura Rojas, haciendo valer la paridad de género en la Cámara de Diputados, integrada en un 50% por diputadas. De tal manera que el Congreso de la Unión será dirigido por dos legisladoras, puesto que la presidencia de la Mesa Directiva del Senado de la República será ocupada por la Senadora Mónica Fernández, de Morena.
Además de extenderle una afectuosa felicitación a mis compañeras, celebro que las diferentes fracciones parlamentarias hayamos encontrando una salida a esta crisis mediante el diálogo.
Las y los mexicanos nos otorgaron esta responsabilidad para trabajar en su beneficio y abonar a la solución de los graves problemas que enfrenta el país -no para hacer leyes a modo-. Las legisladoras y los legisladores estamos obligados a ser los primeros en respetar y hacer valer la ley.
