Por: Lucy Pérez
He coincidido con Eduardo Verástegui en algunos eventos desde que fui legisladora federal; le reconozco y admiro su valentía, sus convicciones y su incansable trabajo en favor de las mejores causas. Ha expuesto su vida para abordar temas que como sociedad nos duelen y nadie quiere abordar, un verdadero luchador incansable que se ha atrevido a levantar la voz en favor de la defensa de la vida desde la concepción y la trata de personas dando un testimonio congruente con su actuar.
He leído su mensaje reciente en el cual a través de su movimiento “Viva México” busca recuperar al país desde la política, hace una severa crítica a todos los partidos y deja clara la idea de generar una oposición distinta a la que hoy se ha constituido con el Frente Amplio por México.
Estoy de acuerdo en su aseveración de que: “en política no hay sillas vacías, que nos queda una oportunidad de salvar a México y construir una opción que nos permita recuperar lo perdido y el futuro de nuestra nación”. Hoy desde este espacio quiero compartir algunas reflexiones a propósito de las coyunturas políticas que se han generado en los últimos meses.
México no requiere una intervención ambulatoria, sino una cirugía mayor, cierto, todos los partidos tienen pasado, personajes innombrables, errores, pero también dentro de cada uno de ellos hay personas que han forjado caminos, han construido puentes y han sabido ceder a aspiraciones personales en aras del bien común.
Coincido con Eduardo Verastegui, “basta de indiferencia y pasividad en política electoral”. Y precisamente por que no hay mucho tiempo para salvar a México es que considero que más allá de generar una nueva opción para que haya un cambio positivo en nuestro país, personas como él, deberían ponderar que más daño se hace dividiendo lo que se ha construido desde el Frente Amplio por México, que pretendiendo que a menos de un año se pueda conformar una verdadera opción para gobernar este país.
La esperanza que en muchos ciudadanos representa hoy Xóchitl Gálvez va mucho más allá de acuerdos cupulares y puedo decir que me consta que en una visita previa a Guadalajara antes de formalizar sus aspiraciones, expresó que si la ciudadanía la acompañaba entonces quizás “se la pensaba”, porque precisamente en ese momento en los partidos que integran el Frente Amplio por México las dirigencias tenían en mente a otros aspirantes y no la contemplaban a ella en el radar.
Lo más relevante y algo de lo que me atrevo a decir animó a Xóchitl a participar, fue la efervescencia que en cada lugar en el que se presentó se empezó a generar. En nuestra historia más reciente solo recuero un fenómeno así con los Amigos de Fox.
El fenómeno que entorno a la recién nombrada coordinadora del Frente Amplio por México se ha dado, es el surgimiento de una gran fuerza ciudadana que ha sido la que en buena medida ha catapultado el liderazgo de una mujer que es como muchas mexicanas y mexicanos, quien a través de la cultura del esfuerzo ha podido generar otras condiciones de vida con las que muchas personas se han identificado y ha sabido comunicar un mensaje fresco, conciliador y esperanzador.
Muy distinta ha sido la respuesta de Luis Donaldo Colosio, quien en recientes declaraciones aseveró: “No quisiera ser quien divida a una oposición que tenga genuinas intenciones de cambiar el rumbo del país” este comentario cobra gran relevancia pues se trata de un personaje que, si bien tiene aún una joven carrera política, es heredero de un mexicano a quien le fue arrebatado cruel y cobardemente su afán transformador para nuestro país.
Soy consciente que a este proceso aún le faltan muchos episodios, pero si en algo hoy creo, es que muchas mexicanas y mexicanos coincidimos que no queremos seguir viendo como México se sume en la tragedia de tantos enfermos que no tienen medicamentos, comerciantes que no pueden abrir sus negocios sin ser víctimas de extorsiones, estudiantes que no regresan a casa, madres que han tenido que hacer la tarea que le compete a la autoridad y un largo etcétera que usted estimado lector ya conoce.
No podemos permanecer indiferentes ante la ideologización e ignorancia en la que este gobierno quiere sumir a las nuevas generaciones y por eso es que hoy desde este espacio como madre, como ciudadana interesada en contribuir a heredar un mejor país a nuestras hijas e hijos, hago un llamado a liderazgos tan valiosos como Eduardo Verástegui, Dante Delgado y muchos más para que puedan pasar a la historia como constructores de la democracia y forjadores de un nuevo rumbo para nuestra patria y no como personas quizás con muy buenas intenciones pero quienes permitieron la continuidad a un régimen que ya lo estamos viendo es capaz de cualquier cantidad de artimañas con tal de conservar el poder y continuar destruyendo todo lo que toca.